La iniciativa de tren de alta velocidad que busca unir Santiago y Valparaíso en sólo 39 minutos ya fue ingresado al Ministerio de Obras Públicas. En tanto, el ex consultor de la CEPAL en infraestructura y desarrollo, Felipe Ulloa, abordó los beneficios que existirán para ambas ciudades si se concreta el proyecto de tener un tren de alto estándar.

Cerca de 8 mil personas serían beneficiadas por el nuevo tren de alta velocidad que irá desde Santiago a Valparaíso. El proyecto, que fue ingresado por la empresa TVS a través del sistema de concesiones del Ministerio de Obras Públicas, busca conectar ambas ciudades en un viaje de sólo 39 minutos, lo que convertiría a Chile en el primer país de Sudamérica en contar con un medio de transporte de este tipo.

Ante esto, el presidente del directorio de EFE, Pedro Pablo Errázuriz, aseguró en Radio Duna que, a pesar de que la empresa está de acuerdo con la iniciativa, “es un proyecto muy difícil, a nosotros no nos da la rentabilidad social, para que tenga sentido social. Tenemos un gran proyecto que en cierta medida compite, y el Gobierno va a tener en ese momento que tomar la decisión si sigue impulsando el de EFE o el privado. Nos parece que el estado no debe invertir en un tren de pasajeros de Santiago a Valparaíso. Realmente los trenes son maravillosos, pero son proyectos muy complejos”.

Pero, ¿es viable unir dos importantes ciudades de Chile a través de un tren de estas características? Para Felipe Ulloa, ex consultor de la CEPAL en infraestructura y desarrollo, “es absolutamente viable, sobre todo por la relación que hoy se mantiene entre ambas ciudades, habiendo incluso gente que vive en una y trabaja en otra. Diría que en este caso Chile lo que tiene es una gran mesoregión. Si la inversión privada es $2.400 millones y el precio del pasaje es el que se ha dado a conocer de $5.500, el proyecto podría prosperar sin inconvenientes. El problema se daría si no se hace un cálculo eficiente de cuánto costaría el proyecto, ante lo cual el Estado tendría que recurrir a gastos adicionales para llevarlo a cabo y desviar fondos de otras prioridades públicas”, explicó el experto, a lo que agregó que “los países deben avanzar hacia una movilidad integrada, es decir, múltiples tipos de conectividad”.

Respecto de la conectividad, el Geógrafo de la Universidad de Chile sostuvo que “hoy estamos al debe con las regiones. Santiago sigue acumulando inversión, pero las regiones no tienen la inversión necesaria para su desarrollo, habiendo algunas que están al menos veinte años por detrás de Santiago en materia de conectividad. En ese sentido, este tren rápido representa una gran oportunidad para reposicionarlas, en este caso a Valparaíso”, dijo el especialista.

La iniciativa tiene una inversión de 2.400 millones de dólares y 12 trenes de alta velocidad que viajarían a 200 kilómetros por hora, trasladando a 25 mil personas al día. En cuanto al valor del pasaje, este sería de 5.500 pesos. Sin embargo, ¿es posible que esta aumente con el avanzar del proyecto? “Lo que se espera es que los trenes mantengan precios atractivos para los usuarios, porque si los precios son altos se genera una competencia con los buses, y en ese caso son generalmente estos últimos los que terminan ganando. En función de la información entregada desde el gobierno, los precios deberían mantenerse en los 5.500 pesos dados a conocer hasta ahora, o al menos en cifras similares. Lo peor que podría pasar es que se deba recurrir a un subsidio, pero no sería raro o peligroso que en el caso del tren rápido Santiago-Valparaíso se avance hasta esa medida, dado que el transporte es un ámbito habitualmente subsidiado por el Estado. Lo importante es que se mantenga como meta mejorar la calidad de vida de las personas”, expresó Ulloa.

Finalmente, el experto explicó que, aunque aún hay que esperar algún tiempo para que el proyecto vea la luz, debido a que recién se está discutiendo si se llevará a cabo a través de Ferrocarriles del Estado o vía concesión, hay que tener claro que cualquier inversión en infraestructura es importante para Chile y su crecimiento económico. “En Chile estamos bastante atrasados en la conectividad entre las regiones. Existe una falta de crecimiento en cuanto a infraestructura, lo que ha sido una constante en los últimos tres periodos presidenciales. Cuando los países invierten en infraestructura, crecen económicamente, y Chile debe romper su letargo económico”, manifestó.