Sebastián Piñera, desesperado por la caída en las encuestas que han golpeado su ego, busca apoyo para hoy y votos para mañana, alimentando y tratando de sacar provecho del miedo de la población a la delincuencia.
Ahora se encuentra empecinado en sacar adelante su proyecto de control de identidad a partir de los 14 años, porque según las encuestas que manejan en La Moneda, encargadas y pagadas por ellos mismos, una mayoría (entre el 53 y el 82 %) de las personas respaldaría esta iniciativa.
Se trata de una grosera manipulación de la percepción de la ciudadanía sobre la comisión de delitos y el temor a ser víctimas de aquello. Este pavor también es manipulado por los medios de comunicación, que transforman un (léase en número) portonazo, al que le dan hasta 20 minutos de cobertura, en una situación generalizada.
Pero las cifras –los “fríos números” como acostumbran decir los analistas– desmienten categóricamente a Piñera y sus ministros.
Según los datos del Ministerio Público, el número de menores de entre 14 y 17 años involucrados en delitos ha bajado de 35.612, en el año 2016, a 28.278, en el año 2018. Es decir, en los últimos dos años la cantidad de menores de 18 años involucrados en delitos cayó un 20,5%.
Según un estudio de la UDP, el total de menores entre 14 y 17 años asciende a 971.352 personas. Los 28.278 involucrados en delitos significan apenas un 2,9%.
Por lo tanto, el proyecto del rebajar la edad para el control preventivo de Piñera expone a casi un millón de menores al trauma de ser revisados por Carabineros, por culpa de un 2,9%. Para hacerlo más gráfico: de cada 100 menores, 97 podrán serán revisados debido a que sólo tres de ellos cometieron delitos.
Esto es lo mismo que si en el Metro se pusieran a revisar a todos los pasajeros –o en la calle a todos los transeúntes– debido a que sólo uno de ellos cometió un delito.
El estudio de los profesores Mauricio Duce y Ricardo Lillo, de la UDP, denuncia que Carabineros realizó el año pasado 70.317 controles preventivos a menores entre 14 y 17 años, de manera completamente ilegal ya que recién ahora Piñera quiere enviar el proyecto de ley que así lo permite.
Es decir, el proyecto de Piñera sólo legalizará una práctica ilegal de Carabineros.
En conclusión, las cifras objetivas sobre el tema no justifican el proyecto de ley de Piñera. Sólo la insistencia en el miedo, en la percepción subjetiva sobredimensionada por fines políticos por parte del Gobierno y también por fines sensacionalistas de los medios de comunicación, continuará empujando un proyecto de ley que no soluciona nada y que victimizará y amedrentará a casi un millón de menores que viven tranquilos y no cometen delito alguno.
Resulta necesario, entonces, frenar esta iniciativa y trabajar por las soluciones de fondo, aquellas que apuntan a las razones por las cuales los menores delinquen, dejan la escuela o consumen drogas. A partir de allí será posible enfrentar realmente mejor los problemas que aquejan a este sector de los menores de edad.
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puedes compartir el estudio de la udp por favor?