[OPINION] La gente adormecida (por Aland Tapia)

¿Por qué en Chile la gente tiene paciencia de chino? La sociología podrá dar sus razones, pero encontrar las causas de tanto aguante supera la capacidad de asombro del más pintado.

Sólo en año y medio se anotó la crisis de contaminación en Puchuncaví, 10 días sin agua en Osorno, la seguidilla de despidos masivos por las quiebras de Maersk, Iansa, Gino, Constructora CIAL, Pastas Suazo, Revistas Paula, Qué Pasa, Diario La Hora (entre las 1.000 que quebraron el 2018, superando las 689 de 2017), todo ello y mucho más adornado del viaje con «los niños para estar en familia en China»; Arica aislada por las lluvias y sin ayuda para un puente aéreo con Iquique, mientras se volaba a Cúcuta en un show mediático más.

Y los antipatriotas convocados a una cuenta pública en horario de Pancho Saavedra, contra viento y marea.

Cuánto aguante, con un joven Catrillanca asesinado, con versiones de terrorismo por WhatsApp en la Araucanía, con desfalcos y robos a mansalva en Carabineros y en el Ejército, sin ningún responsable político por nada.

De qué estaremos hechos los chilenos para tanto aguante. Pasamos 17 años con la metralleta al pecho. Dejaron el país arrasado con un 40% de pobreza, con las empresas públicas destruidas y con una nueva clase de arribistas de todo el espectro político, dominándolo todo.

Pero ese es el vaso medio vacío. El vaso medio lleno no existe. Es imposible por las leyes de la física. No podemos justificar la reducción de la pobreza en pingües cifras del PIB. Hay que darse una vuelta por las plazas y parques convertidas en camping urbanos de la indigencia. Y a nadie le importa. El vaso medio lleno no existe, es un intento de empate para justificar el robo y la corrupción.

Qué duda cabe que en 30 años Chile es distinto, claro que sí. La riqueza acumulada en unas cuantas familias y la pobreza desbordada, acontecida en su delincuencia y drogas refregadas cada jornada de TV en su opio matinal. Luego la comedia, para que vea su propia miseria puertas adentro y por la noche las matanzas en el mundo, como si acá estuviésemos en el paraíso.

Creo que ya el sistema se hizo de una masa suficiente de los nuevos esclavos, una forma de someter que no deja salir del pantano a esas personas. Es una pesadilla de esas donde no se pueden mover los pies. Así parece estar Chile, sin nada más por hacer, salvo despertar.

Chile no tiene un gobierno que gobierne ni una oposición que haga contrapeso. Está a la deriva de un gobierno llamado libre mercado y así como Essal puede envenenarnos y Línea Azul matarnos, las empresas de Quintero Puchuncaví siguen haciendo lo mismo. Las resoluciones de la Corte Suprema sobre esos actores no se cumplen y las autoridades intervienen a favor de Dominga, de los buseros de la V Región y de los palteros que secan Petorca.

Una vez más, todas las autoridades de todos los gobiernos han actuado así. Necesitan que el PIB les de pasaporte para un trabajo futuro en el FMI y en el Banco Mundial. Por eso vibran con un PIB de 2.8% y nada hacen por la distribución del dinero, de modo equitativo.

Yo no encuentro el vaso medio lleno, ni chorreo, ni tampoco me explico tanto aguante. Valparaíso ha reducido su déficit en 10 mil millones, una buena y alentadora noticia que abre esta semana. Vamos a tener tarea en Viña del Mar y en Chile para reparar el daño causado. Hay que unirse y cambiar el destino pesimista, porque tanto aguante debe tener un premio, una luz al final del túnel.

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