Valparaíso

[OPINION] Valparaíso de todos: “Manos limpias y soberanía ciudadana sobre bienes estratégicos” (por Matías Ossio C.)

Valparaíso atraviesa semanas y años difíciles. La ciudad ha dado cuenta de un profundo abandono, de una pobreza crónica, una acumulación de consecuencias de administraciones pretéritas. Y es tal la magnitud del daño que no bastan cuatro años para resarcirlo.

A poco más de la mitad del periodo de gestión de la Alcaldía Ciudadana, resulta innegable admitir que no tan sólo la apuesta ha penetrado con ideas convocantes, sino que ya vemos concretos, cercanos y humildes frutos.

Y es que la apuesta ha logrado materializarse en expresión real de avances en la calidad de vida de porteñas y porteños, de adhesión y magnetismo a nuevos sectores atraídos con lo nuevo, pero también ha convocado a los antiguos defraudados de lo viejo. La humildad, el cambio en las prioridades, el foco en el cuidado de la ciudad y sus protagonistas, han interpelado al pasado reciente, el de la política tradicional, el de los acuerdos con Total Transport S.A., con la Fundación Reciclo, con Don Javier S.A. y con Consorcio S.A. Contratos desfavorables con escasa o nula retribución ciudadana.

Es también el pasado de los troles mendigando financiamiento, un icono identitario patrimonial, un medio de transporte limpio que debería ser municipal, o la mejor fórmula que garantice propiedad real y local sobre estos. En definitiva, ese pasado reciente que algunos quieren borrar con el codo, sacándose selfies con el alcalde, hablando en lengua inclusiva, etc.

Las Manos Limpias no son supremacía moral como ha querido instalar la ortodoxia neoliberal, nada más lejos, sino que es un impulso creador que los desborda, que supone valentía en tiempos donde reina una desconfianza generalizada y comprensible.

La experiencia liderada por el Alcalde Jorge Sharp, supone consolidar una gestión centrada en el bienestar ciudadano, acciones concretas, cercanas y eficientes, rasgos que han de superar en todo ámbito al fracaso de la política del abuso, de la cocina, del amigo.

Valparaíso es de todos, y las manos limpias conservarán su espíritu mientras reivindiquen soberanía porteña sobre nuestros bienes comunales estratégicos, viabilizando la trascendencia de un proyecto transformador matriz para Chile.

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