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[OPINION] El vuelo del águila o la volada del alcalde (Roberto Córdova)

El actual alcalde de Limache, Daniel Morales, nos ha deleitado con una fábula subida en sus redes como respuesta a críticas en su contra a través de otras redes sociales y en algunos programas de radio, según él mismo nos cuenta.

La fábula en cuestión hace referencia a un águila que es atacada en su cuello por un cuervo. Ataque que el águila no le da importancia porque le basta elevarse por los cielos y lograr que, a falta de oxígeno, el cuervo caiga desvanecido.

El águila evidentemente es él, y todo hace suponer que desea vincular al cuervo con la figura de Sebastián Balbontín, su joven contrincante dispuesto a desbancarlo en las próximas elecciones de alcalde.

El águila, que es un ave de rapiña (que lindo, no), ha sido símbolo permanente del poder totalitario, desde el imperio romano hasta el nazismo derrotado en 1945.

Nos parece de toda lógica, pues, que el alcalde se sienta identificado con el águila, en tanto él representa a la derecha que fue parte de la peor dictadura vivida por nuestro país, representa a Piñera, que ha sido el peor presidente de la historia de nuestro país y, en concordancia con lo anterior, el águila Morales representa la posición del Rechazo que sufrió la estrepitosa derrota –local y nacional- en el plebiscito de octubre pasado.

En el contexto que va desde el estallido del 18 de octubre de 2019 y el plebiscito del 25 de octubre de 2020, período en el cual se supone que los y las chilenas despertaron de la pesadilla neoliberal que transformó a la salud, la educación, la vivienda social, la previsión, el agua y cuanta necesidad básica humana existe, en un mero negocio para enriquecer a unas pocas familias, y para someter a la pobreza dura o la del endeudamiento de por vida de los y las trabajadores de Chile; resulta indispensable que las personas que de verdad abrieron los ojos y dijeron NO MÁS, que basta de explotación y corruptos; que esa gente que en Limache equivale a 8 de cada 10 electores, realmente comprenda que Daniel Morales es el guaripola local de toda esa injusticia que nos hartó. Y es por eso que si usted despertó, si es verdad que usted se rebeló, no puede razonablemente apoyar a quien defiende y representa toda la perversidad del sistema que nos aplasta.

Nunca en la historia política de este país la derecha ha defendido los intereses de las y los trabajadores; nunca ha defendido los intereses de las y los pequeños comerciantes; nunca le ha interesado la superación de la pobreza ni el cuidado del medio ambiente. Muy por el contrario, la derecha sistemáticamente ha defendido los intereses de los grandes empresarios y especuladores; ha favorecido la reproducción de la pobreza para poder mantener mano de obra barata y ha depredado la naturaleza, indiscriminadamente, en su ambición insaciable.

¿Qué le hace a usted pensar o creer que el máximo representante en Limache de ese grupo depredador que es la derecha podría hoy jugársela por la inmensa mayoría que son las personas que viven de un salario o sobreviven (en el mejor de los casos) con una pensión miserable?

¿Usted cree que un paseíto por los cerros emblemáticos de la comuna hace al águila Morales un tipo pro conservación de la naturaleza (lo que va quedando, por cierto)? ¿Usted cree que un par de inauguraciones de obras viales lo hacen un alcalde pro bienestar de las y los vecinos? ¿Usted cree que entregar las llaves de una vivienda social 13 años después de la postulación (el águila lleva más de una década parado en la cornisa del edificio municipal, más dedicado a volar que a gobernar) lo hace una persona sensible al drama de los cientos de familias en tomas, de los cientos de familias esperando un lugar digno donde desarrollarse?

No, Morales no es nada de eso. Morales es hoy una foto en redes sociales intentando convencernos que le preocupan cosas de las cuales, en sus más de ocho años de gestión como alcalde, no se ha ocupado. Morales es hoy una foto en urgente campaña por evitar su derrota. Morales es hoy un águila vieja a la cual le empieza a faltar el oxígeno y que ve con angustia como un joven contrincante, junto a un equipo compuesto por jóvenes profesionales y adultos con la debida experiencia, comienza a levantar vuelo al punto de generar una alternativa confiable de gobierno para la comuna. Equipo, por lo demás, que desde siempre ha defendido los intereses de los aplastados por el sistema que representa él y sus secuaces.

La fábula de Morales expuesta en sus redes no hace otra cosa que dejar en evidencia exactamente lo contrario a lo que quería demostrar: que no le preocupa la emergencia de la figura de Balbontín y su equipo. Sí está preocupada el águila porque sabe que en estas próximas elecciones no es capaz de volar lo suficientemente alto para evitar ser desbancado.

Por lo demás, y a pesar de lo desafortunado de su frase a propósito de la vecina que llevaba 13 años esperando su vivienda, Morales tiene -ahora sí- la razón: el que la sigue la consigue, y el próximo 11 de abril el águila deberá buscar otros cielos donde desplegar su penoso vuelo.

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