•Elizabeth Ofelia Guzmán Flores es uno de los ocho hijos que tuvo el matrimonio de Tito Guzmán y Luisa Flores, ambos reconocidos maestros del oficio del Teatro Tradicional de Títeres en Chile. Es la heredera de un legado que su mamá y papá le traspasaron. Y, a pesar de que cuando se les encuentra juntos en alguna función, reunión, festival o evento, Elizabeth se siente eterna discípula, los titiriteros y las titiriteras de Chile le llaman «Maestra Eli».

Aquella niña que, inspirada en los saberes de los padres, estrenara su primer unipersonal a los 13 años, ha hecho, a través de su carrera, un aporte invaluable a la salvaguardia, transmisión y difusión del oficio tradicional que la acunó. Para que no quede duda alguna, la Unión Internacional de la Marioneta (UNIMA) la ha nombrado «Miembro de Honor 2025.
En palabras de la propia ONG, con estatuto consultivo de la UNESCO, los miembros honorarios son “personas distinguidas que han sido honradas por la UNIMA debido a sus excepcionales contribuciones al arte de la marioneta desde 1929. Como se establece en los estatutos de la Union Internationale de la Marionnette, las personas de mérito sobresaliente en el avance de la marioneta, cuyo trabajo alcanza reconocimiento internacional, son designadas como miembros honorarios de la UNIMA”.

En esta entrevista, el periodista Álvaro Álvarez fue a su encuentro para conocer cómo Eli recibió este nombramiento e indagar en su pasión, llevándola a contar anécdotas que rara vez se le escuchan.
¿Qué significa para Eli Guzmán este nombramiento?
Yo adoro el Teatro Tradicional de Títeres, fue lo primero que mis ojos vieron al nacer. Luego crecí en comunidad junto al folclor, la poesía y los títeres. Mi familia siempre potenció los talentos, uno de los míos fue el de “Relacionadora Pública”, esto permitió comenzar mi carrera de gestora cultural y productora además de folclorista y titiritera. Todos estos conocimientos me llevaron a viajar con una maleta llena de títeres y un teatrino por Chile, por Latinoamérica y algunos lugares de Europa. En esos viajes aprendí tanto que me animé a fundar el festival internacional “Candelilla trae los Títeres” con el objetivo de que la comunidad y demás titiriteros y titiriteras compartieran, conocieran otras idiosincrasias y otras escuelas de títeres. Fue un trabajo arduo, de hormiga; avancé sin mirar hacia atrás.
Ese avanzar fue visto por mis compañeros de UNIMA Chile quienes me postularon a UNIMA Internacional, logrando que se reconozca a nivel mundial toda mi labor nacional e internacional en el teatro de títeres. El nombramiento logró sorprenderme, emocionarme, me llenó de orgullo, coronó mi esfuerzo en mantener vivo el legado de mis padres.
Esta distinción no es sólo para mí, esta distinción concentra a todas y todos quienes en Chile aman esta profesión, dedicándole toda su gestión y desvelo.

¿Cuándo recuerda haberse interesado por el mundo de los títeres?
Como anécdota te puedo contar que mi madre y mi padre dicen que yo nací en la maleta. Un 24 de diciembre mientras el Tito y la Luchita actuaban, mi madre sintió sus dolores de parto, ella se fue a casa en silencio… La función debe continuar y el Tito terminó la función solo. Éste, al llegar a casa, se encontró que ya venía el bebé y corrieron al hospital. Un tiempo después, junto a la bebé (Eli Guzmán recién nacida), siguieron efectuando presentaciones de títeres y, mientras actuaban, acunaban a la pequeña dentro de la maleta.
Recuerdo que desde siempre me interesé por el mundo de los títeres; hasta ahora estos han sido y serán mi vocación de vida.
¿Cuándo y por qué decidió dedicar su vida al Teatro Tradicional de Títeres?
A los 13 años realicé mi primera presentación profesional. En un show de Navidad actué yo sola con las marionetas de hilo y recibí mi primer sueldo. Ese gesto hizo que comprendiera que podía trabajar en lo que más amaba: Cultivar el Teatro Tradicional de Títeres. Esos fueron mis comienzos.

Mientras iba madurando descubría, además, que con esta profesión podemos llenar muchos vacíos emocionales en las personas, podemos colaborar en sanar y facilitar a comprender ciertas temáticas. También, esta profesión se encontraba muy mal reconocida, que compañeras y compañeros necesitaban organización y un mayor reconocimiento que les permitiera fomentar el producto de sus manos y anhelos.
Al visualizar necesidades y beneficios en el Teatro Tradicional de Títeres, decidí dedicar mi vida a varias tareas que permitieran generar sustento a mi profesión y a la vez generar cambios en ella.
Lea la entrevista completa en: https://www.patrimonioinmaterial.gob.cl/noticias/titiritera-chilena-perteneciente-una-familia-de-tradicion-es-nombrada-miembro-de-honor-dePatrimonio Inmaterial.gob.cl

Fotos: Archivo Familiar Guzmán Flores
Categories: Cultura
























