[OPINIÓN] Los administradores no somos responsables de todo (Yarella Núñez)

Ser administradora de comunidades habitacionales es, muchas veces, una labor ingrata. A pesar de nuestro esfuerzo diario, de la planificación, de los avisos constantes y de la voluntad de hacer las cosas bien, seguimos enfrentando una realidad que se repite en muchos condominios: se culpa al administrador de absolutamente todo, incluso de lo que no nos corresponde por ley ni por atribuciones reales.

Es importante que los copropietarios entiendan que el administrador no tiene poder autónomo para ejecutar todas las tareas necesarias. Dependemos del comité de administración para aprobar presupuestos, autorizar mejoras, programar mantenciones y tomar decisiones importantes. Sin ese respaldo, simplemente no es posible actuar, por muy evidente que sea la necesidad.

Hay comunidades donde el comité no muestra interés por avanzar en mejoras, ni siquiera en aspectos básicos como la limpieza profunda, el mantenimiento de bombas de agua, piscinas o ascensores. Existen casos en que las certificaciones obligatorias, como las de ascensores o el sello verde de gas, están atrasadas por años, y cuando se intenta poner orden, el administrador es el primero en recibir las críticas… mientras quienes deben decidir siguen sin actuar.

Además, es común que algunos residentes confundan responsabilidades legales. Reparaciones dentro de los departamentos o casas no son competencia del administrador, porque no forman parte de las áreas comunes. Sin embargo, cuando algo falla en sus espacios privados, es más fácil señalar con el dedo que asumir responsabilidades propias.

Y cuando se convocan asambleas para discutir estos temas, muchas veces en lugar de buscar soluciones en conjunto, se transforma en un espacio de acusaciones personales, desinformación y falta de respeto, no solo hacia la administración, sino también hacia el comité y otros vecinos.
Lo más preocupante es que muchas de las personas más críticas no están dispuestas a involucrarse ni a postularse al comité. Reclaman, opinan, exigen, pero no asumen el compromiso de participar activamente en la toma de decisiones. Construir una buena comunidad requiere de corresponsabilidad, no solo de quejarse desde la galería.

Sin comité y sin recursos económicos aprobados, el administrador no puede actuar. Las decisiones se toman en conjunto, y sin respaldo, cualquier intento de mejora queda paralizado.
Este llamado es a la conciencia, al respeto y a la participación. Solo una comunidad que trabaja unida, con diálogo y voluntad de avanzar, puede lograr mejoras reales.

Yarella Núñez
Administradora
ASADEDYCON


Las opiniones vertidas en esta columna son de responsabilidad de su(s) autor(es) y no necesariamente representan las del Diario La Quinta. 

 

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