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[EN MEMORIA] Carlos Zamora: un canto revolucionario por siempre

(Por Mabel Zúñiga)

Carlos, casi como una determinación del destino, nació el mismo día en que la clase trabajadora internacionalmente conmemora su día: un 1 de mayo, el año 49.

Abrazó la causa del internacionalismo proletario desde muy joven. Militante primero de las juventudes y luego del Partido Comunista, encontró allí la forma organizada de desplegar su ingenio y capacidad al servicio de la causa de los pobres del mundo.

Organizó y lideró procesos durante la Unidad Popular y luego en dictadura. Cumplió todas las tareas que colectivamente le eran asignadas con una capacidad creadora y comprometida y desarrolló una multiplicidad de acciones de su propia creación. Esto le significo también la represión y la cárcel.

Su fusil siempre era una guitarra; con su voz y sus acordes, recorrió junto a otros músicos, desde el año 76, los cerros de Valparaíso y Viña, organizando la resistencia. Fue tan importante su aporte que las crónicas de la memoria porteña no pueden soslayar la decisiva influencia de las peñas del Brasero y del Francés, y la acción sostenida de ACUVAL en los procesos que dieron origen a múltiples organizaciones de pobladores, trabajadores y estudiantes en lucha contra la dictadura; tanto así que Carlos es detenido y relegado. Creyeron que sacándolo de la región y enviándolo a un lugar apartado de Chile podrían detener su compromiso y entrega. Tan equivocados estaban que no consideraron que su carisma, su inteligencia y su convicción lo convertirían en un activista en ese lejano lugar de relegación en Futrono.

En la búsqueda constante de nuevas formas de lucha, descubrió la importancia de la propaganda y la educación popular, aprendió y trabajo con serigrafía a decir las verdades al pueblo que la dictadura acallaba desde su taller de serigrafía mantuvo intacta sus convicciones hasta el último minuto, pese a haber abandonado la militancia en el PC, en los 2000, con quien sostuvo diferencias de análisis de contextos y formas; se declaró comunista siempre y nunca militó en otro partido.

Su compromiso con el pueblo y la clase trabajadora, su inquebrantable conducta revolucionaria y su profunda sensibilidad social, lo hicieron militar en la causa de la memoria y los derechos humanos. Así trabajo en la reconstrucción de memoria, para “aprender de los errores, las traiciones y las derrotas”. Trasladó su militancia al pueblo, a la memoria, al canto y la construcción de futuro, vio necesario reivindicar a los combatientes, a los que se atrevieron a combatir, reivindicar la causa que defendieron los miles de compatriotas desaparecidos y ejecutados. Militó en la causa de la cultura del respeto, defensa y recuperación de los derechos humanos. Su voz y su guitarra nuevamente se convirtieron en su mejor arma para combatir, ahora, la herencia de la dictadura.

Homenajear a los caídos debía hacerse reivindicando la causa por la cual estuvieron dispuestos a dar la vida. Es así y en memoria del joven Gonzalo Muñoz, asesinado en la cárcel de Valparaíso el año 85, que junto a otros compañeros de lucha, es fundador del Colectivo 19 de Noviembre y la Casa Memoria de Valparaíso. Y miembro fundamental del Colectivo El Brasero.

Carlos no solo era un cantor, era una voz de compromiso revolucionario, que no dejará nunca de sonar.

Mabel Zúñiga Valencia
Valparaíso

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