·El 21 de diciembre de 1996, en el sector de El Belloto, Quilpué, Carlos Larraín (64 años) abría su primer local de comida rápida. Desde la apertura de aquel Doggis ubicado en calle Ramón Freire 2411, a punta de esfuerzo, sacrificio e inversiones, este emprendedor ha construido un imperio de franquicias en la región de Valparaíso. 
Hoy, junto a su familia son dueños de 25 puntos de venta de tres marcas pertenecientes al holding chileno G&N Brands, ofreciendo empleo a cerca de 280 personas y potenciando la gastronomía en las comunas de Valparaíso, Quilpué, Villa Alemana, Limache, Olmué, Quillota, San Felipe y Los Andes. 
Carlos nació en Concepción. Cursó su escolaridad en la ciudad penquista y en 1981 decidió continuar sus estudios profesionales en la capital, donde estudió Auditoría en la Universidad de Santiago. Regresó al Biobío a ejercer su profesión hasta que en 1995 se trasladó a vivir a la región de Valparaíso, habitando las comunas de Viña del Mar, Quilpué y Concón. Desde esta última, donde es actualmente vecino, ha logrado expandir su crecimiento como empresario con una administración que suma 18 tiendas Doggis, entre ellas, siete en formato heladería, además de cuatro Juan Maestro y tres Tommy Beans. 
El pasado jueves 18 de diciembre, desde G&N Brands viajaron hasta El Belloto para otorgarle un reconocimiento por el esfuerzo y la trayectoria detrás de esos 29 años cumplidos tras la inauguración de su primera franquicia. Su historia lo convierte en uno de los franquiciados más antiguos del grupo gastronómico, reafirmando el éxito y solidez de un modelo capaz de crear oportunidades de crecimiento y desarrollo local para emprendedores con propuestas gastronómicas cada vez más sostenibles.
¿Por qué decidió apostar por el camino del emprendimiento?
-Cuando vivía en Concepción, a los seis años conocí a Ricardo Duch en el colegio. Con el paso del tiempo, cada uno hizo su vida y me reencontré con él en Santiago, cuando estaba emprendiendo con la picada el “Sanguchazo” en Matucana, dando los primeros pasos de lo que después fue Doggis. Años más tarde, otro amigo mío tuvo la primera franquicia de Doggis en Chillán, local que visité en más de una oportunidad. Luego de esta experiencia, me di cuenta de que me gustaba mucho la idea de tener una franquicia, pero no tenía el capital y estaba trabajando en otro rubro en ese momento.
¿A qué se dedicaba antes de franquiciar?
-Trabajé en muchas cosas y me fue bastante mal en todas. Cuando pienso ahora en esos negocios, el problema fue siempre de caja. Cuando no tienes capital y tu principal preocupación es conseguir lucas, es muy difícil salir adelante con un emprendimiento. Esa es una de las ventajas del negocio del franquiciado, que la venta es al contado y tienes un equipo detrás pensando en mejorar tu negocio. Me acuerdo de mi primer Doggis. Fue una experiencia increíble, porque comenzamos con poquísimo capital y el día que partimos no me quedaba ni un peso y ya tenía que empezar a pagar la construcción del local y también los sueldos de los equipos.
¿Cuáles fueron los aspectos diferenciadores del modelo de G&N Brands que lo motivaron a emprender como franquiciado? 
-Cuando partí era un negocio bastante familiar y jamás dimensioné la forma que tomaría con el paso de los años. La verdad no lo analicé mucho en su momento. Fue una oportunidad que apareció y la tomé. Tenía mucha confianza en la marca y la oferta era muy buena para la competencia que había en esos años. Hoy miro hacia atrás y todo salió increíble. La relación con ellos y la cercanía con el equipo que dirige ha sido fundamental en el desarrollo de mis negocios. 
¿Cuál diría que es la principal razón que le ha permitido mantenerse como empresario de franquicias por casi 30 años?
-Creo que la principal razón es la pasión por este negocio y el apoyo que hemos recibido de G&N Brands, desde la confianza en la marca hasta el equipo de gente que trabaja con nosotros todos los días. El próximo año vamos a cumplir 30 años juntos, donde hemos tenido altos y bajos, pero en general ha sido un vínculo muy positivo. Uno como franquiciado está en el día a día del negocio, en constante contacto con el público y puede aportar esa experiencia. Además, emprender con una marca conocida, como lo es Doggis, es una tremenda ventaja. Una franquicia te da la certeza de expandir tu negocio, que es muy difícil cuando uno se lanza con un nombre completamente nuevo. Hoy en día tenemos una gran aceptación por parte del público con nuestros distintos locales.
¿Qué desafíos vienen para su futuro como empresario? 
-A estas alturas del partido, el principal desafío es traspasar a las nuevas generaciones el manejo del negocio: mi hija y dos sobrinos, quienes son parte activa de las franquicias.
Desde que partimos, la competencia también ha cambiado mucho. En estos tiempos competimos con las grandes cadenas internacionales y, sin embargo, seguimos avanzando con todas nuestras marcas. El Doggis ubicado en el Portal El Belloto (Cenco Malls) es el que más vende actualmente, aunque el más rentable es el local que está en el Líder, donde me entregaron el reconocimiento. Así que en eso estamos hoy, delegando funciones y enseñando de la experiencia vivida en estos 29 años.
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