Concluido el Festival La Joyita que se desarrolló en la Plaza Sotomayor de Valparaíso entre el 28 y el 31 de diciembre pasado, empresarios turísticos y locatarios gastronómicos valoraron los buenos réditos que le generó a la ciudad.
“Decidimos abrir y me encuentro con una tremenda afluencia de público que estaban como ansiosos esperando esto; bailaban afuera, escuchaban la música. Yo me sentí muy beneficiado porque también tuve mayores ventas. Fue todo un éxito” comentó César Pincheira, dueño del Restaurante Capri, elegido como “la mejor picada de Valparaíso” en 2016.
Para Giglio Cartagena, administrador del Restaurante Costa Mar, “entre la suma y la resta, ha sumado mucho para nosotros por el flujo de gente. Todas estas cosas artísticas que estaban un poco perdidas en Valparaíso reactivan todo el sector”.
No sólo el rubro gastronómico se vio beneficiado. Desde el Café con Letras hasta el quiosco de la esquina concuerdan en que todos se vieron beneficiados con la realización de la primera versión del Festival La Joyita.
El conflicto portuario de más de un mes en Valparaíso fue un duro golpe para el comercio y la actividad turística. Alrededor del 50% de las reservas pactadas para el mes de diciembre fueron canceladas y la actividad comercial del Barrio Puerto se vio afectada de igual manera, con una reducción significativa de sus ventas. Sin embargo, durante los ocho días posteriores al término del paro de los trabajadores portuarios eventuales, se logró un positivo aumento. La ocupación hotelera superó el 85% y la situación de los locatarios volvió a la normalidad. Para esto, el Festival La Joyita fue un elemento fundamental.
Para Osvaldo Jara, encargado de la Dirección de Turismo de la Municipalidad de Valparaíso, «La Joyita fue un festival que demostró, primero, que es posible convocar a la comunidad de visitantes y residentes a un evento masivo en una dinámica de respeto y cuidado por la ciudad; segundo, que es posible mejorar la oferta artística cultural de la ciudad de Valparaíso sin incurrir en grandes costos económicos, y tercero y no menos importante, trabajar con toda la comunidad de actores públicos, y privados, esto es, comercio local, comercio turístico, comercio bohemio, Gobernación, Carabineros, todos trabajando juntos con el municipio y alcanzar grandes objetivos para beneficiar a Valparaíso. Valparaíso demuestra con este ejemplo que es posible ser la capital cultural de Chile».
Vladimir Balladares, vicepresidente de la Asociación de Locatarios Nocturnos de Valparaiso, remarcó que “sabemos que es la Joya del Pacífico, sabemos que tiene mucha historia, pero tenemos que reescribirla. Ese es el mensaje que creo estamos sacando de todo esto”.

