Dos años y cuatro meses: entre el 16 de noviembre del 2011 y el 11 de marzo del 2014. Ese es el tiempo en que el actual general director de Carabineros, Mario Rozas, fue edecán de Piñera. Y ahí está la clave que podría explicar la razón de por qué este general sigue en su cargo, a pesar de las brutales violaciones a los derechos humanos durante el estallido social y el gigantesco robo del dinero público llevado a cabo por miembros de su institución. La lealtad se paga y el silencio también.

Santiago, 21 de diciembre 2018
El Presidente de la República, Sebastián Piñera, presenta a Mario Rozas Córdova, nuevo General Director de Carabineros. (Christian Iglesias/Aton Chile)
Asumió como general director a fines del 2018. En su breve período han sido pasado a retiro 17 generales, de un total de 47 desde el 2017, y se ha cargado al hombro a tres ministros del Interior, que han sido echados mientras él sigue imperturbable en su puesto: Chadwick, Blumel y Pérez y lo más probable es que también se lleve al actual, Rodrigo Delgado.
UN “PACO DE CAFÉ”
Rozas, de 53 años, nació en Linares y proviene de una familia de “pacos”. Su padre fue suboficial mayor y sus dos hermanos también lo son, así como su mujer, la coronel Carolina Aengo, hoy en retiro, con quien tiene dos hijos. Sin embargo, más que ser un policía de calle, es uno de café, más acostumbrado a los pisos alfombrados que al barro y las calles. Un policía que conoce poco de la realidad de las poblaciones y tampoco de lo que le sucede realmente al “paco raso” y cuya máxima capacidad y preparación es saber hacer los comunicados de prensa de Carabineros.
Ingresó a Carabineros en enero de 1986. En sus 34 años en la institución solo ha estado en la calle ocho años, bastante menos tiempo que el promedio de todos los generales activos y en retiro. Comenzó en la Tercera Comisaría de Talca, donde estuvo pocos meses. De allí pasó a la Primera Comisaría de Linares, en donde también fue ayudante administrativo de la Prefectura. Al poco tiempo estuvo apenas un mes en las Fuerzas Especiales, de donde derivó al OS7. Meses después su destino fue la idílica Isla de Pascua, donde permaneció algo más de tres años. Regresó a Santiago para estar como comisario de la 17a Comisaría de Las Condes, por tan solo un año. Se tituló de periodista en la Universidad del Desarrollo en el 2005 y en el 2007 entró a Comunicaciones de Carabineros, donde hizo su mayor carrera institucional. Después de ser edecán de Piñera en su primer gobierno, fue designado agregado policial en la embajada de Chile en España y luego estuvo en Tránsito, por un breve período.
¿QUÉ HACEN UN EDECÁN?
Los edecanes tienen su origen en Francia y eran llamados “aid de camp”. En Chile los edecanes presidenciales son cuatro: Ejército, Marina, Aviación y Carabineros. Su función es asistir como un secretario, proteger y, en ocasiones, representar al Presidente en actividades en que este no pueda concurrir. Está a disposición del Presidente 24/7, es decir, en todo momento, lugar y circunstancia. Al mismo tiempo, permanece en contacto con la escolta presidencial, conoce las rutas y recorridos de la comitiva, la “cápsula” como le llaman los del grupo operativo.
Una de sus principales tareas es coordinar la agenda presidencial. Es decir, sabe de antemano con quién se va a reunir el Jefe de Estado y los temas que se tratarán. Y aquí podría estar la clave de tanta protección a este general. Todo lo que supo o vio siendo edecán de Piñera hasta el momento sería su salvavidas para evitar ser sacado de la institución.
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