A través de declaración conjunta, la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC), el Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI), el Servicio Evangélico para el Desarrollo (SEPADE), la Comunidad Teológica Evangélica de Chile, la Fundación Scalabrini, la Iglesia Metodista de Chile, la Iglesia Evangélica Luterana de Chile y su Pastoral Migrante, y World Vision, junto con rechazar “todo acto de violencia verbal, simbólica o física en contra personas que han llegado a Chile buscando un lugar seguro para vivir”, hicieron un llamado al Gobierno a que “se hagan cargo responsablemente” de la dimensión humanitaria de la crisis. Esto ante los hechos y acciones ocurridos en los últimos días en el norte de Chile.
El comunicado se emitió en el contexto de “la llegada diariamente de cientos de personas desesperadas mayoritariamente del país hermano de Venezuela, confiadas en la palabra de acogida de la autoridad de Chile dada en Cúcuta, en febrero de 2019. Sin embargo, cuando en Iquique mucha gente, molesta y temerosa de verse cada vez más afectada por esta situación, optó por marchar en contra de las personas inmigrantes, llegando incluso a quemar sus pertenencias; las autoridades, en lugar de contribuir a organizar la solidaridad frente a semejante crisis humanitaria, y de brindar la debida protección a personas en una condición de alta vulnerabilidad, ha centrado su discurso en la promesa del fortalecimiento del control de las fronteras, y en el anuncio de nuevas expulsiones, lo que es una infructuosa solución al problema de fondo del conflicto, pues, más bien, lo ha agudizado”.
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