Creo sinceramente que llegó el momento de dar un giro en la gestión de la basura y los residuos. Ante una futura crisis, resultado del cambio climático y sus consecuencias, que la basura sea gestionada por el sector público, sea a nivel central, regional o local, como es el caso de Valparaíso, resulta alentador.
En Chile botamos todo a la basura domiciliaria, pero reciclamos poco o casi nada. Entre los países de la región, somos el segundo que genera más basura, después de México, con 1,15 kilos de basura al día. De ella, sólo un 1,8 % del total de los residuos se reutiliza o recicla.
Además, el 42 % del total de la basura tiene su origen domiciliario municipal. A su vez, los puntos verdes que algunos gobiernos locales han instalado, sobre todo aquellos que tienen recursos disponibles para ello, son escasos y no alcanzan a dar respuesta al enorme desafío de gestionar la basura, justo ahora en que el cambio climático se acelera y amenaza con modificaciones radicales en el modo de vida que actualmente llevamos.
CIUDAD ECOLÓGICA: UN DESAFÍO PARA VALPARAÍSO
En ciudades como Milán, en Italia, de 1,3 millones de habitantes o Singapur, de 5,5 millones, y también ciudades como Daca en Bangladesh, de 14 millones de habitantes, o más próximas como Bogotá en Colombia, con 7,5 millones de personas, llevan la delantera en la gestión ambiental de tales ciudades, destacando la gestión de la basura, el plástico y los envases de alimentos de todo tipo. Ello conlleva varias ventajas positivas, como un ahorro público de sus finanzas; un aporte en reducir los gases de efectos invernadero (GEI), la creación de empleos verdes, e incluso una educación ecológica que ayude al cuidado de la salud y el medio ambiente.
Ante tal escenario, la decisión adoptada por la Municipalidad de Valparaíso respecto de la extensión del contrato, por otros 36 meses, del Relleno Sanitario “El Molle” con la empresa Veolia Chile, va en el sentido adecuado e, incluso, bastante transformador, si logra que el gobierno local se haga cargo de dicho relleno sanitario en el año 2024.
En lo inmediato la empresa concesionaria entregará 3.000 millones de pesos al gobierno local, situación bastante ventajosa, si consideramos que también buscará hacerse cargo de las externalidades negativas que erosionan el medio ambiente y las comunidades aledañas, porque digamos con total transparencia: Valparaíso recibe el 64 % de toda la basura de la región, que en palabras simples, implica albergar los desechos de 12 comunas.
Otro de los aspectos que resulta clave, es la capacidad de reciclar y la generación de empleos más estables, para los recicladores de base, que por lo general son colectivos que requieren apoyo y seguridad en su labor de disminuir la basura que llega definitivamente al relleno sanitario, punto que el municipio porteño se hace cargo en el nuevo contrato. En definitiva, Valparaíso podrá disponer de más beneficio e ingresos, que podrán ser reinvertidos en la economía local o en aumentar los niveles de una ciudad ambiental y verde.
EL PLÁSTICO: UNA ISLA DE BASURA
Valparaíso es una ciudad puerto, y con ello se expone a recibir una isla de basura en su borde costero. Actividades como el turismo y el consumo cotidiano de los visitantes, trae consigo crecientes acumulación de basura y desechos de todo tipo. En sus playas se encuentran generalmente colillas de cigarros; botellas de vidrio y plástico; tapas de envases y envoltorios diversos, inclusos bolsas plásticas que están prohibidas por ley. Muchos de estos objetos navegan en el océano y sirven al incremento de las 80.000 toneladas de plástico que flota en el mar y que los grupos medioambientales le han denominado la isla de plástico.
LA TARDÍA RESPONSABILIDAD EXTENDIDA
En junio del año 2016, entró en vigencia la Ley N° 20.920 que hace responsable a las empresas de los residuos y su gestión. Vale decir, deben preocuparse por el manejo que sus productos impactan sobre el medio ambiente y crear la cadena puerta a puerta, para recoger aquello que desecha el consumidor. Sin embargo, a 5 años de entrar en vigencia, los plazos y metas exigibles resultan francamente tardías. Casi todas las empresas (de los 6 productos que prioriza la ley) comenzarán a hacerse efectivamente cargo de la situación con un real impacto en el año 2030. Esto resulta francamente desolador.
La contaminación del medio ambiente debido a las miles de toneladas de plásticos, envases y embalajes; la acumulación de neumáticos y baterías, artículos (chatarra) electrónicos y pilas, así como aceites y lubricantes, exigen que la responsabilidad se adelante. De eso hay muy poco y las 14.000 empresas aludidas en Chile, siguen deteriorando el medio ambiente. Aunque podrían voluntariamente contribuir a una ciudad más verde y ecológica, su responsabilidad social, aún sigue en espera.
Esto lleva a instalar un debate necesario y oportuno. ¿Cuánto contaminan las empresas no alimentarias? La industria manufacturera es responsable del 39,1 %. Mientras los suministros eléctricos, de gas y agua, alcanzan otro 16,7 %. Por su parte, la actividad inmobiliaria y de alquiler, contamina en un 15,7 %. Vale decir, en estos tres rubros industriales, se concentra más de un 70 % de los desechos que se producen y que dañan severamente el medio ambiente. En tal situación, resulta insuficiente cualquier esfuerzo ciudadano por reciclar la basura, los envases y embalajes, así como los desechos orgánicos. El sistema productivo es uno de los actores más contaminantes del planeta, por tanto, en su conjunto debe asumir lo antes posible, su responsabilidad tanto en la tierra, como en los océanos.
RE-MUNICIPALIZACIÓN DE LA BASURA
En tal escenario, que un gobierno local, como lo es el municipio de Valparaíso, ponga en el centro de la gestión pública el tema de la basura y los residuos, resulta innovador y profundamente transformador. Ante una futura crisis, resultado del cambio climático y sus consecuencias, que la basura sea gestionada por el sector público, sea a nivel central, regional o local, como es el caso de Valparaíso, resulta alentador.
A pesar de ello, para algunos actores privados, la posible re-municipalización del Relleno Sanitario “El Molle”, les parece inadecuada, porque no conciben que un ente público, se haga cargo de la gestión, y siguen privilegiando de manera grosera, la acción privada en temas que resultan clave para el conjunto de las comunidades y en cuyo caso, prevalecen por lo general, una visión de negocios, por sobre la acción comunitaria y el tratamiento de los residuos de la ciudad.
Lo que no comprenden algunos, es que el cambio climático y sus consecuencias deben ser abordadas por las instituciones del Estado, y aunque las municipalidades no cuentan con la certificación ambiental requerida, un esfuerzo en esta dirección pondría a la vanguardia de la innovación al municipio de Valparaíso.
Creo sinceramente que llegó el momento de dar un giro en la gestión de la basura y los residuos, para que impacte positivamente en la salud de la comuna, en la generación de nuevos empleos y actividades positivas, pero sobre todo, en el cambio de modo de producción y consumo, que exige la actual situación medio ambiental.
Daniela Carrillo
Vocera Territorios en Red Valparaíso
Candidata a CORE por Juan Fernández, Casablanca y Valparaíso
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