Viña del Mar

María José Ochoa Muñoz, “La Medusa”: “El mundo marino necesita protección; cuidemos de no contaminar nuestras playas”

(Por Gina Landázuri Cantos)

Nos encontramos en la playa Caleta Abarca una hermosa y soleada tarde con María José Ochoa Muñoz, amante del mar -como se describe a sí misma- ya que su amor por éste nació al empezar a bucear en su época colegial junto a su inquieto hermano, descubriendo con amor el mundo marino y su belleza, lo cual la llevó a estudiar Biología Marina y no Enfermería, como inicialmente había pensado.

Se preguntarán quién es esta mujer aparentemente frágil por su menudez y contextura. Pues bien, ella es quien, detrás de su personaje “La Medusa”, generalmente la encontramos en cada limpieza de playa de nuestra región. 

Antes de irse a México a especializarse en Manejo de Recursos Marinos en el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Instituto Politécnico Nacional, quería tener una organización que uniera la ciencia, el buceo y la educación y, gracias a esa experiencia de estudio y práctica con el plancton, nació la idea de crear la Fundación Cidemar junto a tres colegas biólogos marinos con quienes comparte los mismos ideales.

Esta fundación se inició en el año 2016 dedicándose a divulgar las ciencias del mar y, en la actualidad, a hacer acciones por un océano y costas sostenibles. Bajo este nombre, ha realizado diversas actividades relacionadas a la difusión de lo que es el plancton y su importancia en el cambio climático; también, en las limpiezas de playa, ha concientizado a la gente de lo importante que es mantener limpio el entorno natural, mejorando nuestros hábitos diarios para, de esta manera, respetar la vida marina evitando su contaminación.

Así es como nace el personaje “La Medusa”, llamando la atención no solo de los niños y niñas, sino también del resto de las personas, quienes se preguntaban cómo una científica podía ser poco formal y un tanto desordenada, rompiendo el estereotipo de seriedad que ha gustado mucho, especialmente a niños y niñas.

María José actualmente es vicepresidenta del Consejo Ambiental de la Municipalidad de Viña del Mar.

¿Qué has logrado como “Medusa” y María José?

-Bueno cada una tiene su vida personal y diferentes facetas, por decirlo de alguna manera. Como María José, bióloga y gestora costera, he logrado estudios, diplomados, he hecho gestiones costeras generando organizaciones territoriales nuevas en diferentes playas, como la de Caleta Abarca en donde estamos formando “Somos Caleta”, realizando actividades de cultura oceánica asociando la relación del océano con el ser humano y viceversa. Empezaremos con temáticas de bienestar y deportes acuáticos para seguir con educación ligada a la playa y a su biodiversidad.

Por otro lado, como Medusa estoy captando seguidores, transmitiendo en vivo (@fundacioncidemar) para personas que no puedan venir a las actividades, motivándolas a unirse a las limpiezas de playas, juntando la seriedad con la parte lúdica del personaje para instar a autoridades y público en general a tomarse en serio el que dichas labores no se realicen solamente en los días internacionales de limpieza de playas, ya que esto debería mantenerse siempre en constante preocupación de aseo y apoyo a concesionarias y concesionarios de las mismas. Otra tarea como la Medusa es la de unir a las empresas con la comunidad.

¿Cuáles son tus actuales objetivos?

“Las personas que van a nuestras playas tienen que darse cuenta de que, al no ensuciar tirando sus desperdicios, no se necesita limpiar y de esta manera tendremos más tiempo para aprender”.

-Estamos reactivando la Alianza Playera de Chile, que estuvo pausada a causa de la cuarentena, y nuestro objetivo inmediato es realizar una aplicación para facilitar a las personas su colaboración no solo en limpieza voluntaria de playas sino también a hacer censo de animales, participar en la educación in situ de la conciencia ciudadana, además estamos coordinando la implementación de “Sellos de playa” que serán indicadores en las playas sobre salud, seguridad, educación, deporte y ciencia, aplicadas en colaboración con instituciones, centros educacionales y de investigación, organizaciones y empresas, para con esto lograr apoyar a las concesionarias a mejorar los entornos costeros realizando concientización periódica para que no solo los niños y niñas aprendan a limpiar las playas, que esto más bien los adultos lo hagan dando ejemplo. Estos sellos también servirán para tener control de que en cada playa se cuente con cámaras que apunten al mar y con esto aportar datos científicos de seguridad, indicarán la presencia de que haya salvavidas, baños públicos, entre otras implementaciones básicas, según la ley lo amerite. Este sistema esperamos lograrlo en un máximo de un año.

Por eso hago un llamado a las empresas como R-Acciona, con la cual ya existe sinergia colaborativa, necesitamos más aportes voluntarios y monetarios, que nos llamen y ayuden en este sentimiento de disminuir el fuerte impacto que causamos con el deterioro de nuestras zonas costeras ya que en Chile tenemos playas hermosas y humedales preciosos que mantener.

“Me acordé de que tenía un gorro de medusa que lo ocupé en una fiesta de disfraces”.

La educación ambiental y la cultura oceánica va más allá de incluir ramos en mallas estudiantiles; no hay tiempo en la casa con papá y mamá para educar en este sentido a sus hijos e hijas. Se necesitan espacios entretenidos extracurriculares que incluyan a las familias, tanto presenciales como audiovisuales que sean después del colegio o los fines de semana, aprendiendo al aire libre, porque existen personas que sí les gusta hacer eso y no saben dónde ni con quién poder retomar esos hábitos. Necesitamos financiamiento para crear estos espacios educativos e integrar a las comunidades despertando su interés.

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