Cultura

Esteban Orlando Harrington: La huella imborrable de un arquitecto que perdura a través de su obra en Valparaíso

  • Cuatro trabajos audiovisuales, realizados por periodistas porteños, buscaron ahondar en la vida de este arquitecto chileno precursor de técnicas antisísmicas y de un riguroso trabajo al acercarse al siglo 20 y post terremoto de 1906, obras que perduran hoy impecables pese al paso del tiempo.

“El ciudadano que quiera conocer Valparaíso debiera mirar hacia arriba y no hacia el suelo”, es la recomendación que entrega Ana María Ojeda, jefa del Archivo Municipal de Valparaíso.

Y es así como llevando a la práctica tal recomendación, comienzan a aparecer vestigios, ornamentos, huellas del pasado porteño que dan cuenta de una ciudad de contrastes y de grandes ambiciones

Caminando y mirando hacia arriba, aparece la firma en obra del arquitecto Esteban Orlando Harrington, como mudo testigo no solo del edificio de su autoría, también  de una  época de grandes aspiraciones urbanas y de un hombre cuya trayectoria evoca una historia misteriosa para algunos, reservada para otros.

Esteban Orlando Harrington Arellano nació en Valparaíso el año 1863  y murió en 1936, en pleno desarrollo de su carrera, en un trágico accidente de tranvía. Su historia despierta el interés de muchos, por ello, el equipo de periodistas integrado por Francisca Ugarte, Claudia Carreño y Marcelo Macellari, junto al realizador audiovisual, Mauricio Sánchez, se embarcaron en el proyecto de investigar la vida del arquitecto y tiempo histórico, a través de cuatro reportajes audiovisuales, con testimonios de historiadores, investigadores, académicos, entre otros, proyecto que se adjudicó el financiamiento del Fondo de Cultura y las Artes, FONDART Regional.

Pero el objetivo no fue solo ahondar en su historia personal, sino a través de él explicar el momento histórico que vivía Valparaíso.

“A través de la trayectoria de Esteban Orlando Harrington, pudimos conocer el tiempo histórico que le tocó vivir, en una ciudad pujante que se acercaba al siglo XX y al primer centenario de la república, ciudad que también presentaba grandes contrastes de pobreza e inequidad. El terremoto de 1906 agudizó estas diferencias al derrumbarse construcciones emblemáticas de la ciudad, y también de la clase más empobrecida, lo que obligó a realizar una innovadora planificación urbana, levantando nuevas construcciones que contaban con nuevos materiales y técnicas antisísmicas. Allí se consolida la oficina de Harrington con edificios de gran escala, monumentales, pero también impecables hasta el día de hoy”, señala el equipo de periodistas.

Habitar obras emblemáticas

Pero los reportajes también apuntaron a ahondar en estos edificios, habitados hoy por personas que desconocen ese pasado histórico, pero que al habitarlos, les dan vida y los mantienen plenamente vigentes. Algunas siguen siendo para usos habitacionales, otros son hoteles, espacios artísticos, públicos y comerciales; la vida fluye en sus interiores espontánea y ruidosa.

Entre estos edificios está el antiguo Hotel Royal de calle Esmeralda, el Hotel Reina Victoria de Plaza Sotomayor, el Edifico Atalah de calle Serrano, el actual edificio del Registro Civil, la vidriería Scheggia en calle Victoria, el edificio Dacal de calle Blanco, las casas victorianas del pasaje Harrington de Playa Ancha, y muchas construcciones más.

“La idea del ejercicio del reporteo audiovisual en terreno también fue captar esa forma de habitar estos espacios históricos, más allá de su valor arquitectónico e ingenieril, conversar con las personas que los habitan, conocer algo más de sus impresiones, sus usos y hábitos, su desenvolvimiento en lugares cotidianos que para otros son piezas de valor patrimonial de importancia histórica”, señala el equipo de periodistas.

Hombre, arquitecto, visionario

Pero, ¿quién era Esteban Orlando Harrington? Su tataranieto, Daniel Harrington Parada,  dibuja algo de su biografía, se asoma un hombre discreto, trabajador y perfeccionista.

“Valparaíso tenía un potencial enorme en esa época, y por sus redes, Esteban Orlando Harrington pudo establecer una cartera de clientes, muy buenos clientes: los Cousiño, Edwards, gente del salitre, tuvo una buena cuantía de proyectos en el casco histórico de Valparaíso. Los edificios fueron correctos, fue precursor en ciertas tecnologías y, por la clientela, sus edificaciones están concentradas en el casco histórico. Se destacó en el desarrollo inmobiliario, en Playa Ancha cuando ya tuvo cierta solvencia, compró algunos terrenos e hizo un loteo e hizo las edificaciones del pasaje Harrington, es precursor en la región en eso”, señala Daniel Harrington.

Hotel Reina Victoria (Plaza Sotomayor).

Su bisnieto, también arquitecto, Alberto Harrington y padre de Daniel, señala: “Era una persona muy rigurosa, exigente, con él y los demás, recta, de trabajo. Tenía un gran amor por Valparaíso, preocupado por la ciudad, por los ascensores, la arquitectura. Una persona pragmática en lo que eran sus principios, el orden, la rectitud. Fueron los primeros que ocuparon el hormigón armado, por eso se hicieron famosos, ningún edificio se cayó después del terremoto. Importaban el fierro y acero, construyó algunos edificios en la zona que se le quitó del mar y nunca hubo daños con los terremotos.  Nos da envidia a los arquitectos de hoy. Heredamos esa rigurosidad, disciplina y  ética”.

Estilo europeo “porteñizado”

Casas cerro Concepción.

Carolina Peñaloza, del Colegio de Arquitectos de Valparaíso también destaca sobre el legado de Harrington y también de otros arquitectos que dejaron su impronta en esta ciudad, hoy en franca decadencia. “En Esteban Orlando Harrington podemos reconocer la ciudad de fines del siglo 19 y principios del 20 y eso es un atributo del oficio del arquitecto. Que los edificios perduren hoy en su materialidad, hoy podemos tener la lectura de Valparaíso de esa época de auge, con influencias de Europa, él supo localizar estilos extranjeros, ‘porteñizarlos’ y que hoy perduren”.

Carolina Peñaloza explica mejor lo que es “porteñizar” la arquitectura: “Hacer propia  la geografía de Valparaíso y topografía. La arquitectura monumental del plan no está exenta de esto porque hay obras que se insertan en la trama urbana que es artificial (terrenos tomados al mar). Todo esto es propio de Valparaíso: definir las líneas de fachadas, edificios se adaptan al territorio, por ejemplo, los edificios quilla. Apropiarse de las condiciones geográficas, en los cerros donde se incorpora la pendiente. Harrington lo hizo como un gran precursor”

Para la arquitecta e investigadora Cecilia Jiménez, Esteban Orlando Harrington representa un gran periodo urbano mundial, en que Valparaíso fue seguidor de estas tendencias. “Él entra en un periodo historicista tardío, dentro del movimiento romántico del siglo 19, y se traslada al siglo 20 y eso significa que adquiere los estilos históricos, antes que entremos a la época moderna. Este estilo tiene muchos elementos históricos, como cornisas, columnas con capiteles (dóricos, jónicos), cornisamientos , que se dan en el plan. Este arquitecto responde muy bien a la época y podemos ver el estilo historicista aquí en el pasaje Harrington (Playa Ancha), a otra escala y eclécticamente. Este pasaje es inconfundible, primero, está el trabajo en la madera, que le permite una serie de elementos estilísticos y elementos ornamentales, que pueden ser utilizados en madera y en fierros forjados también, ya sean protecciones, balcones, etcétera”.

Los cuatro reportajes dedicados a la vida y obra de Esteban Orlando Harrington serán emitidos próximamente en televisión abierta y podrán ser también visto en plataformas digitales como YouTube.

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