Carta a la redacción:

Me toco conocer a don Miguel Crispí Serrano en su etapa de diputado y particularmente como integrante de la Comisión de Salud de la Cámara, recuerdo que no recibía en audiencias a algunas personas con experiencia en el tema, especialmente en lo referente a las barreras sanitarias y de otras materias para obtener un mejor acceso para los enfermos.

El diputado Crispi rechazaba las reuniones solicitadas por la plataforma de lobby, bajo el argumento “no es necesario reunirme pues conozco perfectamente todo lo que pasa en Salud”. De los años que llevamos bregando por mejorar el acceso a medicamentos en nuestro país, nunca una autoridad tuvo la audacia de esgrimir una respuesta de esa naturaleza. Menos un recién llegado.

Es posible que esto fuera cierto, sin embargo, al día de hoy no conocemos mucho respecto a su obra en el ámbito de la salud. De su época de diputado solo recuerdo que su “caballito de batalla” era “terminar con la integración vertical”. Su mala propuesta amenazaba acabar con “moros y cristianos” en el negocio farmacéutico.

En reunión sostenida con su equipo asesor, conseguimos que su propuesta se bajase de la Ley de Fármacos II, al presentarles una idea más práctica y que solo destruía la integración vertical practicada por las cadenas farmacéuticas, sin poner en riesgo a muchas otras empresas del rubro que desde siempre han colaborado para mejorar el acceso a los medicamentos, a través de la baja de precios, comercializando solo genéricos y no marcas comerciales de elevados precios.

De los pocos avances en la materia en su época de parlamentario, es por ejemplo la denominada Ley Cenabast, idea que quien escribe propuso el año 2016 en una Comisión Investigadora sobre medicamentos y donde el diputado Crispi no tuvo mayor participación.

Ahora nos enteramos con no poca sorpresa de hechos bochornosos y no muy transparentes, en su pasada por diferentes cargos encomendados por el gobierno actual.

Señor Crispi, cómo seguramente usted conoce perfectamente todo, desde su cargo como jefe en el segundo piso del gobierno y que por cierto no debe temer nada, sugiero que si ello es así se apersone, principalmente por ética a declarar respecto al “caso fundaciones“ y no perjudique más con sus acciones  a su gobierno.

Atentamente,

Daniel Zapata Zapata