Valparaíso

Astucia, valentía y solidaridad: Vivir en la calle a veces también puede sacar lo mejor de las personas

(Por: Gina Landázuri Cantos)

Paulina Benavides Fuentes nació hace 40 años en Santiago. Fue una niña -según nos relata- no deseada por sus padres biológicos, lo que la obligó a deambular por las calles desde los cinco años y convertir su vida en un peregrinar contra los riesgos e inseguridades diarios a los que una pequeña indefensa se vio enfrentada.

En esa constante procesión de su corta vida, encontró a Felipe y su esposa Silvia, quienes la acogieron brindándole cariño, convirtiéndose en sus padres. Ellos ayudaban mucho a la gente que encontraban a su paso durante sus salidas a “trabajar” en las calles; le enseñaron cómo salir adelante, entregándole aprendizajes, especialmente le dieron la enseñanza del trabajo en reciclaje que desde su adolescencia practica. “La vida me regaló unos buenos padres”, reafirma.

Junto a su nueva familia, hicieron de todo, desde los típicos sándwiches de potito para vender a la salida del estadio hasta recoger cualquier residuo que encontraban a su paso.

Trece años tenía cuando empezó a trabajar en el vertedero de basura, donde se encontró con personas buenas y maravillosas -como ella mismo las define- que le enseñaron a separar los residuos, empezando así su camino en el reciclaje. De esta manera, pasaron 25 años en los cuales tuvo además a sus tres hijos y se trasladó a vivir a la Región de Valparaíso.

Vivió muchos sinsabores, humillaciones y varios malestares por la falta de recursos; fueron años muy duros por lo que ella cuenta, pero aun así,  apenas logró establecerse gracias a la colaboración de sus padres que la vinieron a buscar desde Santiago y a varias personas más, se atrevió a salir en ayuda de gente de la tercera edad, niños en situación calle y junto a su pareja actual, poco después de superar la pandemia, quisieron buscar otro sendero, juntas empezaron a hacer olla común, preparando almuerzos e incluso onces, para lo cual tuvieron que acudir a solicitar ayuda de los amigos y sus amigos, formando una cadena solidaria que les permitió lograr esta hermosa acción la cual les costó mucho continuar debido a la falta de recursos económicos. Sin embargo, aún se las ingenian para realizar fiestas navideñas a los niños del sector cerro Las Cañas, que es donde viven.

Al pasar el tiempo, se unieron más personas contagiadas con el mismo espíritu e ímpetu de ayudar al prójimo, gente que quizá también pasó por momentos duros en la vida al igual que Paulina, pero sin embargo, hasta el día de hoy no dudan en poner su granito de arena para apoyar en las labores que ella les ha inculcado.

Y esa así como empezaron optimistamente formando la agrupación denominada “El Chapulín Colorado”. “Me gustaba mucho lo que decía el chapulín colorado: ‘No contaban con mi astucia’. Por eso el nombre de la agrupación, porque no contaban con mi astucia para el reciclaje, nos vestimos con poleras rojas con el Chapulín como estandarte para que nos reconozcan”, comenta.

En su experiencia, “cuesta mucho que la gente aprenda lo que es el reciclaje, todo lo tira como basura, hasta en la calle, habiendo cosas que se pueden reciclar e inclusive reutilizar. No quieren darse cuenta de que el mundo está decayendo, el cambio climático nos afecta. También sabemos, hay un mínimo de personas que apoyan esta labor y reciclan en sus casas”.

¿Dónde se mueven ustedes como agrupación? 

-Estamos participando en limpieza de playas, recogemos residuos en todas partes y en el terreno donde yo tengo mi casa es el centro de acopio, pero necesitamos mucha ayuda de la Municipalidad, de empresas, en fin, de personas que quieran aportar para sacar adelante nuestro emprendimiento.

Actualmente, estamos organizándonos un poco más con la ayuda de Fundación Cumpliendo Sueños, participamos en algunas de sus labores ambientales, además nos estarán apoyando para hacer realidad la fiesta navideña que incluye a 80 niños del sector para poder brindarles unas horas de alegría, con regalos, dulces y más. Así, mediante una campaña de recolección de ayuda, lograr que esta actividad sea muy gratificante para nuestros niños.

Tengo la fe de que nuestro emprendimiento con los Chapulines salga adelante y podamos lograr muchas más cosas de las que ya estamos haciendo.


“Siempre luché contra los peligros de la calle y quise ser alguien en la vida”.

Necesitamos más personas como Paulina en este mundo, con esa fuerza, tenacidad y empeño que la caracteriza. No se da por vencida. Aunque no tenga la economía suficiente para sacar adelante su proyecto, todos los días se levanta con las mismas ganas de continuar ayudando, a pesar que a veces ni ella tenga para parar la olla en su casa. Recluta gente con sus mismos intereses, nada la detiene hasta lograr que con su astucia, valentía y solidaridad la lleven a ser y dar felicidad a sus semejantes, de una manera u otra sacar adelante sus objetivos. Ella es el papi y la mami, como la llaman en el cerro; la quieren, la respetan, la ven como su tabla de salvación, especialmente las personas más viejitas de los sectores altos de Valparaíso.

Por esto hacemos un llamado a quienes quieran unirse a sus campañas de ayuda comunicándose a través de sus redes sociales: @rma.chapulincolorado y de @fund_cumpliendosuenos

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