Valparaíso

[EDITORIAL] Gato por liebre

Este domingo el sol iluminaba la ciudad como prometiendo calentarla, pero bastaba asomarse por una ventana para darse cuenta que esa promesa era más bien una ilusión. Si el sol de invierno no calienta, no podemos atribuirle al sol la responsabilidad por el error de apreciación. Es tu ojo el que te engaña. Pero, cuando es una persona la que aparenta ser algo pero resulta ser otra, ¿no sería lógico pensar que detrás de esta conducta hay un ánimo de engañar para sacar provecho? Después de todo, a diferencia de las cosas, las personas tienen intención.

Bueno, después del desengaño del sol de invierno encendí el televisor y en Canal 13 estaba siendo entrevistado el Alcalde Jorge Sharp (video al final de esta columna). Los panelistas no escatimaron esfuerzos en tratar de complicarlo con sus preguntas, “que si tenía problema con los empresarios”, “que si otra cosa era con guitarra”, “que si Cuba era o no dictadura” o “el Frente Amplio no daba el ancho”. Hay que decir que el panel era plural: había de ultra derecha, de derecha y de centro derecha, o sea, estaban todos representados, los de derecha por lo menos. No obstante el asedio interpelativo, el Alcalde respondió con claridad y sin esconder los encuentros y desencuentros, se comportó como Alcalde de la ciudad, pero sin esconder su posición. Con toda claridad dijo que estaba por superar el neoliberalismo y que iría a la reelección.

De todas las preguntas de los panelistas me llamó la atención la referencia que se hizo de una entrevista al “concejal ciudadano” Daniel Morales, así es que, aprovechando la magia de la tecnología, me metí a la versión online de El Mercurio de Valparaíso y –oh, sorpresa- en primera plana aparecía el lindo dándole como caja a la Alcaldía Ciudadana. Yo me preguntaba si no era este mismo concejal el que hizo su campaña colgado del cogote del, en ese entonces, candidato a Alcalde Ciudadano. Es más, criticaba si al candidato a Alcalde lo apoyaban otros grupos políticos, “no tiene que politizarse”, “que no aparezcan las banderas”, que esto debe ser “ciudadano”, como si fueran leprosos los que declaran honestamente que tratar de influir en el destino colectivo de una ciudad es hacer política, pero se olvidaba que el candidato a Alcalde le había ganado las Primarias Ciudadanas con el apoyo de esos grupos “políticos”.

Entonces caigo en cuenta que este señor concejal “ciudadano” es una cosa pero buscar parecer ser otra. Declara suelto de cuerpo que quiere ser Alcalde y que tiene los equipos listos, es decir, ya tiene amarrado su grupito, pero que no puede dar sus nombres. Dónde está la transparencia que tanto pregona, me pregunto. Y, para coronar la inconsecuencia e inconsistencia, aclara que él habla por sí, no por la organización donde participa, es decir, responde a una posición personalista que no le pregunta a los “ciudadanos” o sólo le pregunta a sus “ciudadanos amigos”. ¿No es esto ser una cosa pero terminar siendo otra? Quiere ser Alcalde pero no es político, quiere ser participativo y ya tiene su equipo listo, y quiere ser “Ciudadano” pero sólo con los que están en su círculo cercano.

Para ponerle broche de oro, el “Concejal Ciudadano” dijo que esta administración no iba a cortar ninguna cinta. Nuevamente las apariencias, cortemos cintas, no importa a qué costo.

Yo recuerdo que este Alcalde dijo que iba a haber transparencia, participación y honestidad, y creo que esta administración ya ha logrado cortar esas cintas. Hoy en la ciudad se siente que el Municipio es otro, no perfecto ni infalible, pero sí, es otro, más transparente, más participativo y más honesto. Yo me alegro de tener un Alcalde que reconoce la importancia de la política y de sus alcances y no lo oculta, lo sostiene y lo argumenta. Eso es tener convicción. Yo prefiero saber con la chichita que me estoy curando y que no me pasen gato por liebre.

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