Valparaíso es una de las ciudades más importantes del país, con un patrimonio y conectividad global de datos desde fines del siglo XIX.

Sin embargo, la actual conectividad digital no está siendo del todo aprovechada por las autoridades locales, ni tampoco existen industrias especializadas que hagan uso de todo el potencial digital de la región.

El tema es absolutamente relevante, sobre todo considerando que la tecnología no responde a un patrón de cambio específico. Esto, porque los nuevos avances van apareciendo a cada minuto y, por lo mismo, las economías del Pacífico deben tener claro cómo avanzar tanto en desarrollo digital como en seguridad digital teniendo muy presente cuáles son los riesgos del ciberespacio.

¿Cómo proyectar entonces a Valparaíso? La descentralización es la fórmula. En las regiones se produce la riqueza del país y, por eso, sus gobiernos locales deben ser los primeros en transformarse y asumir este desafío.

En el caso particular de Valparaíso, la tarea recae, en primera instancia, en las entidades públicas, para que luego la academia junto con el mundo privado y la sociedad civil puedan integrar todos estos nuevos conocimientos digitales y aplicarlos a la vida diaria. El primer paso es crear conciencia digital y para esto fue designado octubre como el Mes Nacional de la Ciberseguridad, sin embargo, no lo es todo.

La región cuenta con todas las características necesarias para convertirse en el centro neurálgico de la seguridad digital, pues posee capital humano especializado y centros de formación que pueden aportar con profesionales competentes y sus universidades desarrollan investigación al respecto.

En lo que respecta a infraestructura, somos el puerto de datos del Pacífico y tenemos la oportunidad de proyectarnos aún más con la llegada de Google y su cable Curie y, a futuro, con un cable submarino de fibra óptica a China o Japón.

La experiencia de descentralización internacional nos indica que este reto es posible. Chile tiene muy buenos referentes en España e Israel, países que han apostado por la descentralización de sus institutos de ciberseguridad y, en ese sentido, Valparaíso se perfila como la mejor alternativa logística para expandir las capitales de la ciberseguridad.

Sin embargo, para dar fondo y forma a lo anterior, debe ser reconocida como un derecho en la Constitución la protección de los datos personales y esperamos que pronto, cuando se apruebe la ley, exista una institución del país que se haga cargo de resguardar nuestros derechos a la protección e incluso la rectificación de nuestros datos.

Con fuerza estamos trabajando en ello, porque la ciberseguridad es una necesidad imperante de una sociedad que se digitaliza y en la que Chile, y especialmente Valparaíso, no dudo tendrá un gran protagonismo dentro de las potencias del Pacífico Sur.