Valparaíso

[CARTA] El Valparaíso del mañana lo construye su gente

Las ciudades han cambiado y las personas que viven en ellas también. Por largos años, tras la vuelta a la democracia, hemos visto cómo la política y las decisiones sobre nuestro país se manejan sobre una esfera inalcanzable e impenetrable que opera de manera autónoma y a veces, solo a veces, mira hacia nosotros en busca de ciega aprobación. Así hemos visto pasar años y años de decisiones que muchas veces nos golpean, que afectan nuestro día a día y en las que poco o nada pudimos participar o siquiera esgrimir una opinión. Encuestas y estudios cuantitativos, casos aplicados en otros países y pintura nueva sobre los muros han sido suficientes para hacernos sentir que hay avances y, sin embargo, el tiempo nos ha hecho ver que el aroma a nuevo no es necesariamente funcional ni señal de un progreso o crecimiento tantas veces esperado por nosotros, los ciudadanos de a pie.

En el negocio de la esquina, en la sobremesa del fin de semana y en el imaginario colectivo, las voces son claras. Nosotros vivimos el día a día de las ciudades, nosotros bajamos los cerros, subimos a las micros y nos desplazamos en la cotidianeidad. Somos nosotros quienes tomamos el pulso diario de una ciudad que por largo tiempo pareció postergada y supeditada a intereses particulares muy poco cercanos a nuestras necesidades y realidad.

Cuando hablamos de un proyecto de ciudad, parece lógico considerar que el ejercicio básico es preguntarnos qué vemos, qué queremos, qué sentimos, quiénes y cómo somos, todos aquellos elementos fundamentales de nuestra identidad porteña, para al fin responder a lo que queremos ser. Proyectar desde procesos inclusivos y respetuosos de nuestra cultura local, nuestros espacios públicos, nuestra gente y sus aspiraciones como colectivo. Ningún proyecto puede ser exitoso si deja de considerar estos factores, pues carecería de sentido para la comunidad en la que se materializa.

Por mucho tiempo las decisiones en nuestra comuna han sido producto de intereses de otros, de esferas ajenas al ciudadano, de reuniones a puertas cerradas, de otros que no nos conocen. Es por lo anterior que la presentación y aprobación del Plan de Desarrollo Comunal para Valparaíso (PLADECO) cobra tanta importancia para el futuro de nuestra ciudad y para la construcción de una estrategia consecuente con las reales inquietudes, necesidades y proyecciones de nuestros vecinos. El espíritu de este proyecto se sustenta en un proceso participativo y colectivo donde, desde las organizaciones vecinales, se generaron los espacios necesarios para crear un proyecto que dibuja el Valparaíso que queremos a futuro como la comunidad que somos.

Sea la Alcaldía Ciudadana quien abre este espacio hoy, vale la pena al menos considerar que se trata de una estrategia pensada desde el quiénes somos hacia quiénes queremos ser, más allá de las pugnas y egos siempre presentes en la política local y que hasta ahora no nos han dejado más que un cúmulo de carencias evidentes para quienes habitamos este puerto.

Dejemos atrás los prejuicios y las imágenes tristes de una ciudad postergada por años. Exijamos en conjunto, a quienes nos representan la responsabilidad de dejar de lado ese afán soberbio de subestimar las visiones locales tan presentes y patentes en nuestra comunidad. Es hoy cuando tenemos la oportunidad de proyectar un futuro promisorio para porteñas y porteños, de construir desde nosotros en conjunto y de sentar las bases para una ciudad que crece desde su cultura, con y para su gente.

Valparaíso de Todos

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