Mucho se ha hablado estos días sobre el repentino fin al uso de las victorias que dio la Municipalidad de Viña del Mar. Esto, tras un aplastante resultado que arrojó la última encuesta ciudadana, donde un 66% de la población dijo estar a favor de terminar con la circulación de este emblemático atractivo turístico. No obstante, pese a disfrazar esta apresurada acción como una forma de “responder a las demandas de la ciudadanía” se esconde un claro abandono hacia la labor de trabajadores que por años se han desempeñado en este rubro.

Múltiples son las preguntas que surgen tras esta decisión de la alcaldesa Virginia Reginato: ¿cuál es el futuro laboral de los cocheros?; ¿qué pasará con las victorias cuando salgan de circulación?; ¿dónde serán reubicados los caballos para garantizar mejores estándares de vida? Todas estas aristas aún no han sido respondidas por la Municipalidad en la antesala de una decisión que, más allá de hacerse cargo del tema en profundidad, hoy responde sólo a encuestas que buscan la aprobación viñamarina en un escenario de cara a las elecciones municipales.

En reuniones sostenidas con el Asociación de Cocheros de Viña del Mar, nos manifiestan el total abandono que hoy viven por parte de las autoridades comunales, donde ni siquiera han sido contemplados para participar activamente en la mesa técnica que hoy opera entre cuatro paredes y con total desvinculación de los actores locales realmente involucrados. Claramente la ciudadanía hoy vela por garantizar la protección animal y avanzar hacia un turismo sostenible (desde ahí nacen varias iniciativas de transportes con electromovilidad), pero poco o nada se les ha preguntado a quiénes hoy ven afectada su única fuente laboral. Lamentablemente, ha quedado de manifiesto la nula voluntad política que hay detrás de esta administración municipal por buscar una salida democrática al conflicto, dado que este proceso pudo haberse llevado a cabo con plazos muchos más largos, de manera de transitar de manera responsable desde victorias que funcionan con tracción de caballos hacia modelos eléctricos, capacitando a los trabajadores para que puedan continuar con su oficio sin afectar sus ingresos económicos.

Hoy, la principal preocupación está en buscar una indemnización acorde a sus años de trabajo, que les permita dejar de manera digna sus puestos de trabajo. Por otro lado, han sido ellos mismos quienes también se abren a la posibilidad de avanzar en este nuevo modelo de turismo sustentable, donde dicen estar dispuestos a innovar en estas nuevas “victorias eléctricas” y continuar movilizando a cientos de turistas que año a año pasean entre las principales avenidas de la ciudad. Por último, junto a grupos animalistas, se encuentran trabajando de manera coordinada para resolver el futuro de sus caballos, buscando garantizar una mejor calidad de vida a quienes los han acompañado durante todos estos años de servicio.

Esperamos dejar de manifiesto que es necesario avanzar hacia un espacio de toma de decisión transparente y participativo, donde se contemple la voz de todos quienes se ven afectados tras esta decisión alcaldicia y se respete, ante todo, los derechos de las y los trabajadores, quienes han sido la únicas voces silenciadas por la Municipalidad.

Tania Valenzuela
Consejera Regional
Frente Amplio