[OPINION] La conspiración de octubre (por Jorge Bustos)

PRIMERA PARTE

Las teorías de conspiración siempre ayudan para ampliar la mirada y no ser la que te introducen la TV y los medios de comunicación escritos que casi siempre son parte del complot de los acontecimientos en que uno no tiene control, y menos injerencia. Pero, como curioso empedernido seguidor y acumulador de noticias, he llegado a la conclusión que la eclosión social ocurrida en octubre en nuestro país tiene dos ventanas y dos teatros de operaciones.

La primera es la guerra por el poder y los negocios que tienen Piñera y alguien más por el control de estos. Me explico:

Guerra Uno

Cuando Piñera declara la guerra en contra de alguien poderoso, lo plantea desde información de “INTELIGENCIA”, entregada por su ex ministro de Interior, Hinzpeter, que junto al subsecretario del Interior, la ANI y la “comunidad de inteligencia shilena”, en una reunión para dar a conocer un informe (big data) de inteligencia hecho por una empresa “española” después del supuesto atentado en un sobre de correo el 25 de julio en su contra. Dicho informe fue visado en esa reunión y entregado a Piñera, sin ningún protocolo de verificación de inteligencia, llegando al ridículo de consignar peligrosidad terrorista a un grupo coreano pop, de una cantante chilena y un par de futbolistas.

Sobre ese estudio, sin ser experto, me pregunto: ¿cómo es que desde el 25 de julio a octubre del 2019, una empresa extranjera lograra tener información de las organizaciones sociales y terroristas de Chile y del extranjero que la “INTELIGENCIA” chilena no tenía y que ni siquiera comparó?

El fiscal nacional derrumba la puesta en escena: “se me entregó un informe con información abierta”, es decir, de los diarios y la TV.

Este primer acto logró su objetivo, es decir, dejar en ridículo al presidente y, con esto, anular su poder. Pero fue más que eso. Consiguió detener sus arrebatos gerenciales, como por ejemplo comprar la franquicia DIDI para sus hijos, la compra del 15% de la Isla de Chiloé, invertir su dinero en paraísos fiscales, etc. Cuestiones que no debe hacer el presidente de una república.

metroLo que sabemos hoy es que, según las declaraciones del propio Piñera, él sabía de los atentados a las estaciones del metro y el general de carabineros también. Sabemos que, después de cinco meses, no existe trabajo de “INTELIGENCIA” que dé luces de los responsables de los atentados. Sabemos que Hinzpeter trabaja para Luksic, y varios parlamentarios también; sabemos que la inteligencia militar entregó un informe al gobierno dando a conocer que los atentados no eran casualidad.

Los actos de guerra, como la quema de las estaciones del metro de la capital, fueron al final considerados como hechos aislados, desconociendo y no investigando la coordinación, la sincronización y los elementos usados para esa operación que solo son conocidos por comandos bien entrenados. También es sabido que, para cometer este tipo de atentados, se necesitan varios meses de planificación. Es curioso que los equipos de investigación no hayan revisado las cámaras para ver las coincidencias entre quienes operaron y quienes hicieron el estudio operativo para los atentados. Llama más aún la atención que, siendo la infraestructura con más vigilancia, cámaras y otros controles centralizados, no existan resultados de las pesquisas a cinco meses de ocurrido los hechos.

Queda en evidencia, a partir de este simple cruce de información, que no existieron ejércitos ni comandos chavistas, ni cubanos o nicaragüenses que vinieran a darle una mano a la izquierda chilena para derrocar al gobierno de Piñera y de la UDI. Más bien parece un acto de ingeniería política de un grupo con alto poder económico y militar que se quiere deshacer de Piñera y criminalizar a los movimientos sociales.

Continuara…Opinion_JorgeBustos

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