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Así enfrentan la pandemia los jugadores vivos de Wanderers ’58

Tras los fallecimientos de los mundialistas Raúl Sánchez y Armando Tobar, ambos ocurridos en 2016, y la reciente partida del delantero Cristián González, el plantel terrenal que conquistó el primer título de Santiago Wanderers en la Asociación Central de Fútbol (ACF, hoy ANFP) se redujo a tres hombres,con distinta participación en el Campeonato de Primera División de esa temporada.vc3adctor-beltrc3a1n-ricardo-dc3adaz-jaime-salinas-wanderers-1958

El mayor de ellos, el puntero e interior izquierdo Víctor “Chico” Beltrán (87 años), retornado ese año de un préstamo a Santiago Morning tras iniciarse en Iberia, se encuentra pasando sus días junto a su señora Silvia en su hogar ubicado cerca de Plaza Chacabuco, en la santiaguina comuna de Independencia. “Estoy muy bien de salud, a cierta edad uno ya abandona los vicios y con mucha fuerza de voluntad se levanta día a día”, explicó.

“Cuando voy a las reuniones con ex futbolistas en el Café Haití del Paseo Ahumada me echan tallas que salí duro, de mi época quedan pocos”, bromea, antes de referirse al equipo que más satisfacciones le entregó en su carrera.

“Siempre me acuerdo de Wanderers, éramos una familia y siempre hubo un respeto y cariño entre todos, jugadores y dirigentes, y guardo especial afecto por Juan Félix Martínez –arquero argentino de ese escuadra-, con quien fui muy amigo”, recordó.

HIJA DE JAIME SALINAS: “ESTÁ COMO GATO ENJAULADO”

A diferencia de Beltrán, que ya traía años de fútbol en el cuerpo, dos jóvenes veinteañeros debutaron en ese glorioso torneo: Jaime Salinas y Ricardo Díaz, ambos próximos a cumplir 83 años en abril. El primero de ellos, en ese entonces mediocampista y, tiempo después, un destacado defensor central que hizo dupla con Elías Figueroa, parece ser el más complicado con la crisis.

Su hija Rossana, con quien vive en el sector de Barrancas en San Antonio, su tierra natal, comentó que “mi papá, junto a mi mamá (Rosa), son de salidas habituales, siempre pasean en Rapel o Melipilla, así que está como gato enjaulado”. Para aligerar los días de encierro, la familia de Salinas prefirió evitar la sobreinformación.

“Aunque está bien de salud, tratamos que no vea noticias, porque le cuesta entender todo lo que está pasando”, indicó su retoña, acotando que su padre sigue ligado al club a través de su bisnieto Benjamín, jugador de la escuela caturra en el puerto vecino, bajo la dirección del profesor Francisco González en la cancha Torino, cuna de Humberto Suazo: “juega con el seis, igual que su ‘Tata’ Jaime”.

LOS CONSEJOS DE RICARDO DÍAZ

Uno de los contactos de Jaime con su época de profesional en Valparaíso es Ricardo Díaz. El goleador playanchino, máximo anotador de Clásicos Porteños, pasa la cuarentena en su barrio de siempre, en Alcalde Barrios esquina Galvarino. “Acá todo está muy tranquilo, además no he salido para nada, porque estoy convaleciente de una operación a una hernia inguinal”, comentó el “Negro”.

“Este tiempo nos ha servido para hacer aseo jajaja, además ya estoy pensando en cerrar mi taller mecánico, sólo estoy realizando trabajos pequeños”, dijo en relación a su actividad laboral de los últimos años, aunque se mostró contrariado con lo que sucede a nivel nacional.

“Creo que esto está recién empezando y va para largo, sobre todo porque hay gente que no entiende, y mientras no se encuentre un antídoto, no sé qué va a pasar, hay que hacer caso a las recomendaciones de las autoridades para que la situación no se siga agravando”, subrayó.

Son los decanos de aquel grito de “Wanderers campeón” que remeció al Puerto hace seis décadas, ídolos vivientes y protagonistas en la cancha de una historia institucional que ha vivido momentos tan o más duros que esta pandemia. Son nuestros viejos queridos y están bien.

Por Germán Toro Tapia
www.memoriawanderers.cl
memoriawanderers1892@gmail.com

 

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