Carta a la redacción
Es de amplio conocimiento que en Chile se cometen los mayores abusos en el precio al público para los medicamentos de marca, innovadores u originales.
La Ley de Fármacos 2 contiene muy poco que ayude a mejorar esta grave situación. Tampoco lo hará esta propuesta de última hora.
Para regular o fijar los precios de los medicamentos, los legisladores no han presentado evidencias claras respecto a cuánto esperan bajen los precios de los medicamentos con su fórmula, inentendible para la mayor parte de la población.
Desde hace años venimos proponiendo, tanto a nivel de Ministros de Salud, como al poder legislativo, nuestras propuestas claras y precisas para rebajar significativamente los precios abusivos que debemos pagar los enfermos. También conocen nuestras propuestas otras autoridades relacionadas con la Salud, el Colegio de Químicos Farmacéuticos y el Colegio Médico de Chile y ha sido este último el único que recientemente ha manifestado su interés en nuestras ideas.
Básicamente proponemos:
– Que se eliminen las barreras sanitarias (Norma Técnica 131/2012) que evita ingresen al país medicamentos bioequivalentes de países con elevada tecnología farmacéutica como Corea del Sur, China, Malasia, Rusia, Taiwan, Tailandia, India, etc., esta última conocida como la “Farmacia de los pobres”.
– Receta por DCI (Genérico): de lo poco bueno en esta Ley de Fármacos 2, la Ley Cenabast bien aplicada por esta institución es también una gran solución para los enfermos.
– El Recetario Magistral, prácticamente en extinción por un decreto proteccionista (El 79/2010, elaborado bajo cuatro paredes entre nuestro Instituto de Salud Pública y la Industria Farmacéutica), es también una potente arma reguladora de precios. Por la vía magistral es posible reducir los precios en diez o más veces; además preparar, bajo receta médica, muchos medicamentos huérfanos no disponibles en Chile, a los cuales nuestro ISP niega su ingreso al país, para que así ningún laboratorio de producción industrial se interese en elaborarlos por ser un mercado pequeño. Se estiman en 1.200.000 las personas que sufrirían en Chile diversas patologías huérfanas o raras.
A fIn de incentivar la llegada de más medicamentos genéricos bioequivalentes (si lo requieren), hemos propuesto que el petitorio mínimo se componga de todos los medicamentos genéricos registrados en el país, ello obligará a las grandes cadenas de farmacias a contar con stock obligatorio de medicamentos genéricos baratos, no como hoy en que estas cadenas habitualmente buscan fórmulas para solo promover la venta de sus marcas propias o las de otros abusadores.
Señores Legisladores de la Comisión Mixta de Salud, la población debe conocer en forma clara y precisa, con ejemplos concretos, en cuánto bajarán los precios de medicamentos tales como Dostinex, Florinef, Clexane, Imuran, Plaquinol, Sutent, etc., cuyos precios en Chile pueden llegar a ser hasta diez veces más caros que, por ejemplo, en la Comunidad Europea. No nos comparemos entre países de Latinoamérica, ya que en todos ellos el abuso por parte de las Farmacéuticas Internacionales es igual o incluso peor, al menos en Chile contamos con cientos de genéricos que ayudan a equilibrar, aunque en forma mínima la balanza.
Atentamente,
Daniel Zapata Zapata
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