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Tania Madriaga: “Si regulamos las concesiones mineras podríamos resolver los problemas de vivienda y el financiamiento a la educación”

Nacida en la toma de terreno “Nueva Habana”, pero radicada en el cerro Esperanza de Valparaíso, Tania Madriaga Flores está decidida a dar la batalla para ser parte de la Convención Constituyente representando al distrito 7.

Desde el emblemático campamento donde creció, hasta el exilio político en Bélgica y Cuba, Tania ha estado involucrada en las luchas sociales desde muy joven. Hoy, a sus 49 años siente que su perspectiva de mujer, madre y migrante de origen popular es necesaria en la discusión que se va a dar para escribir una nueva Constitución.

La candidata por el distrito 7 ha dedicado su trabajo político a colaborar con la gente. Desde la sociología se ha especializado en la gestión de organizaciones asociativas, en políticas públicas de prevención de drogas en jóvenes vulnerables y, en la gobernabilidad y desarrollo de los territorios. En los últimos años ha sido parte de la Alcaldía Ciudadana de Valparaíso, que encabeza Jorge Sharp, donde su rol al frente de la Secretaría de Planificación le permitió desempeñarse como la estratega de las propuestas sociales participativas que se implementaron en la ciudad puerto durante la administración, principalmente en lo referente a ordenamiento urbano, como la modificación parcial del plan regulador que fijó el límite a edificios construidos en altura, o ejercicios de planificación participativa como la elaboración del Pladeco o la consulta ciudadana sobre el Parque Barón.

Tania explica sus convicciones y posturas respecto al proceso constituyente que quiere enfrentar luego de las elecciones del 11 de abril.

¿Cuáles son sus principales propuestas, considerando la diversidad del distrito?

-Las propuestas que hemos planteado como equipo giran en torno a la forma en que el Estado debe garantizar derechos sociales, políticos y económicos, en base a criterios de justicia social y de género, de sostenibilidad ambiental y plurinacionalidad. Por otro lado, uno de los puntos fundamentales de nuestra candidatura es la expansión de los derechos políticos para lograr una democracia participativa y vinculante.

Mi preocupación personal y profesional gira en torno al ordenamiento territorial socio ambiental, con garantía de acceso a bienes comunes, a los servicios públicos y la protección de los ecosistemas. También creo que es fundamental desarrollar empresas públicas que sirvan de apoyo para entregar acceso digno a derechos como salud, educación, pensiones, redes de cuidado, alimentación, cultura, deporte y recreación.

He planteado con mucha fuerza también, la necesidad de avanzar a una Constitución con orientación feminista, que permita avanzar a la emancipación de las mujeres y el fin de toda forma de discriminación y coacción sobre la diversidad sexual. Es el momento de transformar los sistemas de cuidado, de poner fin a la violencia de género y los crímenes de odio, es el momento de reconocer todos los trabajos de las mujeres y remunerarlos de forma justa. Es el momento de garantizar su autonomía sexual y reproductiva.

¿Qué te diferencia de los otros candidatos?

-A diferencia de muchos candidatos que hoy están en las listas de los partidos políticos en esta elección, no vengo de ningún sector de la élite. Crecí en un Chile del que no se habla. También creo que mi experiencia territorial vinculada a los municipios, el trabajo comunitario y por el derecho a la ciudad me han marcado profundamente y son parte de mis convicciones políticas. Llevo conmigo el peso del trabajo territorial.

También es importante que comprendamos que no todas las candidaturas independientes o las que se presentan de forma progresista son candidaturas de cambio. Hay muchas que no tienen una clara opción de superación del orden neoliberal. Hay otras que se centran en la acción de los convencionales y no en la participación de la gente.

La posibilidad de escribir la nueva carta magna surgió luego del estallido social. ¿Qué se logró luego de ello? ¿Cuáles de esas demandas deberían ser consideradas en la próxima Constitución?

-No se ha ganado mucho aún. El proceso está abierto. Este proceso de transformación social marcó un despertar político y de conciencia colectiva en los territorios, sobre todo en los más populares. El diagnóstico social ya está hecho, el modelo está muriendo, y la gente en la calle mostró su agotamiento. Urge que las propuestas que surgieron estén en la nueva Constitución, porque nacieron de la necesidad y de la preocupación. Mi candidatura no es personal, es colectiva, entonces mis convicciones están enfocadas en llevar con fuerza los debates en torno a las pensiones, la nacionalización de recursos naturales, la soberanía de los territorios, la agenda feminista, la consagración de los derechos humanos y comunes.

Usted ha dicho que deben incorporarse mecanismos de participación ciudadana en la nueva constitución. ¿Cuáles serían esos mecanismos y cómo se plasma eso en la nueva constitución?

-Es una de nuestras principales propuestas. Es fundamental que el proceso constituyente sea realmente democrático. Hace unos días firmé un documento notarial donde me comprometí a que, de ser electa, en la primera etapa, de construcción del reglamento de la Convención, velaré por establecer plebiscitos intermedios con la ciudadanía, para dirimir aquellos puntos en que no se llegue a un consenso dentro de la asamblea de modo de superar los candidatos que pondrá la derecha a través del quorum de los dos tercios. También he propuesto la apertura de iniciativas populares constituyentes, que permitan a la ciudadanía enviar propuestas a la Convención respaldadas por una cantidad de firmas igual a las requeridas para presentar candidaturas independientes.

Con el proceso constituyente se ha vuelto a poner sobre la mesa la nacionalización de los recursos naturales. ¿Cuál es tu postura al respecto?

-Es urgente que establezcamos un nuevo modelo de desarrollo, y un nuevo Estado que permita tomar el control de los bienes comunes, de modo que se garantice que las comunidades que viven en el territorio ejerzan soberanía sobre sus riquezas. Este nuevo modelo debe superar el extractivismo e impedir la formación de zonas de sacrificio donde se exploten los recursos de forma indiscriminada dejando ganancia solo a unos pocos.

Creemos que debemos impulsar actividades sostenibles, como la pesca artesanal. Es fundamental modificar la forma en que funcionan las concesiones mineras, que además de generar tremendos costos ambientales, permiten a las grandes empresas capturar millonarias rentas que en rigor deberían quedar en manos del Estado como propietario del mineral. Solo un ejemplo para graficar ese monto, el total anual es más del doble de lo que se requeriría para financiar educación gratuita para todas y todos los estudiantes del país.

Mucho se ha hablado sobre crear una constitución feminista ¿crees que esto pueda ser una realidad? ¿Cómo podría lograrse?

-El feminismo es hoy una de las herramientas más potentes que tenemos para imaginar una sociedad más justa, realmente democrática e igualitaria. Eso se expresa en varias cuestiones específicas, como las que mencioné antes. Hace unos días, nos comprometimos con la asamblea de la Mercada Feminista de Valparaíso a hacer un esfuerzo por superar las diferencias que puedan haber entre candidaturas y llevar juntas las ideas del feminismo a la nueva Constitución. Estamos convencidas de que el movimiento feminista llegó para quedarse y que debemos pelear porque la nueva carta magna considere la perspectiva histórica de opresión a las mujeres, necesitamos justicia de género y poner fin a todas las formas de discriminación y violencia.

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