Estudio revela que falta mucho para lograr una implementación apropiada de esta modalidad siendo los principales el mobiliario y de comunicación.

La Mutual de Seguridad recientemente dio a conocer autoevaluaciones realizadas a 3.900 trabajadores pertenecientes a 776 empresas adherentes a esta mutualidad. Los principales resultados son que el 41% de los encuestados indicó que su lugar no cuenta con los equipos y mobiliario necesario para realizar labores a distancia, es decir, notebook o computador de escritorio, teléfono, escritorio o mesa o silla. Además, el 44% de las y los encuestados no ha utilizado una silla que le permita apoyarse cómodamente; 42% respondió que no conoce -o sólo parcialmente- los riesgos de desempeñarse en solitario o aislado; y cerca del 40% reconoce no haber recibido instrucción, formación o capacitación de los distintos riesgos que existen haciendo teletrabajo.

Para analizar el actual escenario y los retos en el trabajo a distancia, dos expertos entregaron sus visiones sobre la aplicación de esta modalidad que sufrió un exponencial crecimiento en Chile y el mundo a raíz de la crisis sanitaria.

De acuerdo con Horacio Llovet, socio fundador de Nawaiam, Chile fue pionera en Latinoamérica por la implementación de la Ley de Teletrabajo. Sin embargo, no basta con una legislación, ya que es necesario un cambio cultural y de responsabilidad, donde juega un rol clave los recursos tecnológicos y financieros con lo que cuenta la empresa.

“Nos queda mucho trabajo, aún en un año de pandemia, donde muchas entidades sí tienen las condiciones financieras y económicas para poder apalancar todo lo que significa desde un diario, un computador, herramientas necesarias para teletrabajar y entregar la seguridad que cada una de las personas necesitan para desempeñar sus funciones desde sus hogares y muchas entidades están viendo cómo subsistir, tratando de salir adelante de esta pandemia. Claramente esto no ayudó a que las instituciones puedan entregar todos los elementos y herramientas básicas para esta modalidad”, explicó Llovet.

Siguiendo en esta misma línea, el especialista añadió que existen en Chile muchas brechas en las responsabilidades en las tareas del hogar y el cuidado de las personas que, y por lo general, estas funciones tienden a caer mucho más fuerte en la mujer. “En nuestro país tenemos tres grandes desafíos: cumplir con la normativa, que los trabajadores tengan las herramientas necesarias y una autocrítica de cómo los hombres deberían estar asumiendo las responsabilidades domésticas, es decir, falta de corresponsabilidad del hombre en los quehaceres de la casa”, aseveró el también licenciado en RR.HH. en la Universidad UADE.

Por otro lado, Carlos Manríquez, cofundador de Codify, apuntó a que el teletrabajo llegó para quedarse en nuestro país, y que a futuro debería existir una fórmula híbrida con trabajo presencial en oficinas y virtual, y que no debería sólo existir la modalidad de teletrabajo. “Algunas instituciones están sacando conclusiones muy rápidas y muchas están reemplazando el trabajo presencial por el teletrabajo, cerrando oficinas, por ejemplo. Hay que tener cuidado, sabiendo que, si vamos paso a paso, de aquí a algunos meses nuestra condición puede cambiar, las personas podrán volver a las oficinas y las ganadoras serán las que piensan en el mix (entre dos y tres días a la semana de forma remota y el resto presencial), con menos espacios, puestos rotativos, tasas de ocupación de 70% de la dotación permanente”, afirmó.

Para finalizar Martínez, quien además es psicólogo organizacional con estudios de MBA, concluyó que el teletrabajo permanente no es una opción recomendable, ya que genera problemas de coordinación, gestión, construcción de redes y de identificación de las personas con las empresas y falta de compromiso (engagement). Por lo que es importante mantener ritos, celebrar cumpleaños, almorzar una vez por semana e ir más allá de lo formal o estrictamente laboral.