Ciento cincuenta mil migrantes venezolanos han sido impedidos de ingresar a Estados Unidos y devueltos en los últimos meses a la frontera con México, por orden de la Casa Blanca. ¿La razón? Ya no le sirven al gobierno de Washington como carne de cañón para atacar al régimen de Maduro, acusándolo de generar una crisis humanitaria. Hoy, necesitado de petróleo, optó por negociar directamente por el preciado combustible con Caracas y abandonar a su suerte a los migrantes de ese país.
La explicación es tan sencilla como brutal. Debido a la guerra de Rusia contra Ucrania y al bloqueo que impulsa la Casa Blanca y la Unión Europea contra Putin, Rusia -el tercer mayor productor de petróleo del mundo- ha dejado de inyectar este “oro negro” al mercado mundial, clave para que el sistema capitalista pueda funcionar.
Estados Unidos necesita petróleo y Venezuela puede producirlo en gran cantidad y a bajo precio. Es por ello que, a mediados de año, una comitiva oficial del Gobierno norteamericano se reunió con personeros del Gobierno de Maduro para iniciar conversaciones en torno a la venta de petróleo por el régimen chavista.
La delegación estuvo encabezada por el embajador James Story, que dirige la Unidad de Asuntos Venezolanos en Colombia, pese a las protestas del autoproclamado “presidente encargado” y cada vez menos influyente Juan Guaidó. “¿Guaidó? ¿Quién es Guaidó?”, pareció decir Estados Unidos.
DE VUELTA DEL INFIERNO
En este último año, Venezuela ha ido incrementando poco a poco su producción del vital combustible. Empezó con 300.000 barriles de petróleo diarios, para alcanzar 500.000 a mediados de año, mientras en agosto y septiembre pasó de los 600.000. La meta del gobierno caraqueño es llegar a producir, al menos, un millón de barriles diarios.
Este aumento productivo solo ha sido posible gracias al enorme apoyo técnico y financiero del régimen de Irán, que permite mejorar la calidad del petróleo venezolano y su distribución a diversos países, saltándose así el bloqueo impuesto por Estados Unidos.
Pero, además de estar en condiciones de producir una cantidad apreciable de petróleo, que permitirá llenar una cuota importante de la carencia que sufre Washington, lo más relevante de la oferta de Maduro es el precio.
Mientras el petróleo Brent llegó a estar a 100 dólares el barril y hace poco bajó a 94, Maduro lo vende a 73 dólares el barril.
El aumento de la producción petrolera ha permitido a Maduro ir saliendo lentamente del abismo infernal en que tenía sumido al país. Si en el 2020 el PIB era de apenas 44.950 millones de dólares (solo el 11% de lo que fue hace nueve años), este año, según el FMI, se espera que llegue a US$82.150 millones y el próximo año llegaría a US$86.700 millones. Es decir, en apenas un año prácticamente duplicó su PIB y sigue creciendo.
Tanto, es así, que el mismo FMI pronostica que este año y el próximo el PIB de Venezuela crecerá más que Chile, con 6% y 6,5%, respectivamente, mientras Chile lo hará con 2% y -0,5%.
Junto con eso, ha bajado la inflación, que en 2020 azotaba a la población con 2.950%; este año se espera que llegue a 220% y el próximo a 150 %, según el informe del FMI.
NEGOCIOS SON NEGOCIOS
La posibilidad de concretar un acuerdo entre Maduro y Washington en materia de petróleo, a través de Chevron, es real. Así lo han publicado los influyentes diarios The Wall Street Journal y The New York Times.
Entonces, para Joe Biden y los capitalistas yankis ya no hay obstáculos ideológicos. Sin petróleo el capitalismo no funciona. Así de claro. Y si el más barato lo ofrece tu peor enemigo, no importa. Negocios son negocios.
Aunque eso signifique dejar botados a los cientos de miles de migrantes venezolanos que soñaron algún día con entrar a la “tierra de la libertad”.
A los mismos que Washington alentó a abandonar su país para poder acusar a Maduro de ser un dictador, hoy los obliga a devolverse a su país porque ya no le sirven.
De modo que son los yankis los que dicen ahora, al hacer negocios con Maduro y ver que ese país viene saliendo de la crisis económica en que estaba metido: “venezolanos, go home”.
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