• Esta falla, proveniente del Complejo Penitenciario de Valparaíso, ha derivado en infecciones estomacales y dificultades en el acceso al lugar.

Como un problema persistente durante años han definido los vecinos y vecinas del campamento “Ángel Parra” los inconvenientes relacionados al derrame de aguas servidas procedente del Complejo Penitenciario de Valparaíso, ubicado en Camino La Pólvora.

El hecho se produce reiteradamente debido al rebalse de las cámaras de alcantarillado procedentes de este lugar, ubicadas en plena calle Miguel Ángel, han sufrido filtraciones que gatillan en infecciones estomacales, tanto en niños como adultos, y también ha dificultado aún más el acceso y tránsito peatonal y vehicular. En ese sentido, pese a que se han realizado las correspondientes reparaciones, los vecinos aseguran que el problema principal se mantiene y es cuestión de tiempo que vuelva a ocurrir.

En la línea de hacer frente a estos inconvenientes y entregar una pronta solución, como mediador del problema, la Municipalidad de Valparaíso, junto a la Superintendencia de Servicios Sanitarios, ESVAL y Gendarmería de Chile, realizaron una inspección en terreno con la finalidad de conocer las causas de estos problemas y la evaluación de propuestas para entregar una urgente mejora del espacio para la comunidad.

Evelyn Pereira, presidenta del Comité de Adelanto Miguel Ángel Alto, se refirió a las soluciones que le parecerían adecuadas. “Primero que todo, sacar las cámaras que están en medio de la calle, porque nos cortaron el camino (…) Tenemos niños y gente adulta con infecciones estomacales, por las cámaras no pueden subir las ambulancias y hay que bajar a la gente en frazadas”.

Asimismo, más vecinos hicieron notar su descontento con la situación, evidenciando que el derrame es sólo uno de los inconvenientes que existen hoy. Jessica Pérez, quien vive en esa calle, aseguró que “el problema mayor de nosotros son unas cámaras que quedaron abajo y quedamos intervenidos para poder subir a nuestras casas en un colectivo”. De igual forma, Ricardo Aravena, también poblador del lugar, explicó que las soluciones serían “la pavimentación de la calle, la regularización de las tomas, que no son un problema, son una solución habitacional a la realidad del país”.

Christian Órdenes, director de Operaciones de la Alcaldía porteña, se refirió al recorrido realizado sosteniendo que “con esta visita logramos establecer una mesa de trabajo entre el Municipio, las demás instituciones y los vecinos para poder buscar una solución definitiva. Por ejemplo, que algunos cercos se tienen que correr para que las cámaras queden en el camino y Gendarmería pueda revisarlas y repararlas sin ningún tipo de impedimento, para así poder reaccionar de la forma más rápida posible, si es que estos eventos vuelven a ocurrir”.

Por su parte, Alberto Jara, coronel del Complejo Penitenciario de Valparaíso, comentó que la visita sirvió “para establecer cuáles cámaras le corresponde a Gendarmería mantener y, obviamente, para que los vecinos queden tranquilos del trabajo que se está haciendo”.

Marcelo Castillo, fiscalizador regional de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, aseguró que, además de la inspección correspondiente, “fuimos, a solicitud de los vecinos, a ver otros problemas totalmente distintos al tema de la cárcel, que es muy cercano acá, que es atribuible, posiblemente, a obstrucciones de cámaras de aguas servidas del territorio operacional de ESVAL”.

Desde Esval, el subgerente zonal de la empresa, Alejandro Pérez, explicó que “el escurrimiento se origina desde la red interna de la cárcel. Hemos apoyado de forma excepcional con nuestros equipos en terreno para la limpieza y desobstrucción, y para evitar la ocurrencia de nuevos rebases es necesario que el recinto tome medidas, lo que hemos informado a las autoridades”.