La avenida Alemania, construida ya hace como 100 años y repavimentada no hace mucho por el SERVIU, quedó bastante bella; se inventaron varios miradores, les colocaron asientos -incluido basureros- y los adornaron con plantas y arbolitos. Me imagino que fueron varios miles de millones que se invirtieron en esas reparaciones y creaciones, y claro que uno se alegra porque, sin duda, esta arteria de la ciudad se ha convertido en el circuito preferido de los turistas internacionales que son paseados en buses y otros vehículos, desde La Sebastiana para luego llevarlos a almorzar al Cerro Concepción.

Los que vivimos cerca de esta arteria desde siempre hemos salido a caminar a disfrutar de los miradores y del aire marino; sin embargo, de un tiempo a esta fecha el olor a mierda se está transformando en insoportable, definitivamente a cada metro uno se encuentra con un mojón mal oliente de perro o de gato, la gran Av. Alemania se ha convertido en un cagadero de mascotas.

Es muy reprochable que los dueños de las mascotas se les olvide las bolsas para recoger las fecas de sus regalones y dejarlas en los basureros que Serviu coloco a lo largo de la mencionada avenida. Pero más reprochable es que la Dirección de Aseo del Municipio todavía no se entere de que la arteria más visitada por visitantes chilenos y turistas está repleta de mierda. Al parecer, el cariño que profesan por Valparaíso los imberbes dirigentes les llega solo hasta los límites de sus oficinas.

Recuerdo ver una o dos veces a ediles y otras autoridades sacándose fotos en el mirador Camogli; sin embargo, el sábado pasado, cuando asistimos a la reunión de nuestra junta de vecinos, pudimos observar que se ha transformado en un cagadero humano y bar al aire libre.

Todos sabemos que a pesar de que la ciudad sea bohemia, carretera y turística, no existen baños suficientes en el centro, no porque no sean necesarios, simplemente es porque los ediles y “autoridades comunales” son incapaces de entender ciertas cosas, como que la gente cuando bebe o come mucho en las noches, le dan ganas de defecar o excretar.

A veces me dan ganas de juntarme con otros vecinos y recoger toda la mierda y orines que encontremos y entregarlas en la Alcaldía, para obligar a que tomen medidas.