[OPINIÓN] “Reshoring”: una respuesta a las crisis globales en nuestro siglo (Leopoldo Santibáñez)

Los nuevos tiempos para las cadenas de suministros y las complejas crisis en los territorios lleva a dirigentes, empresarios, y actores sociales a medir la resiliencia de los procesos productivos.

“…La modernidad líquida era el motor de una crisis que muchas personas enfrentan conforme pasa el tiempo: Hoy la mayor preocupación de nuestra vida social e individual es cómo prevenir que las cosas se queden fijas, que sean tan sólidas que no puedan cambiar en el futuro…”. (Zygmunt Bauman)

Las cadenas de suministro han demostrado su incapacidad para reaccionar ante disrupciones a gran escala como los últimos sucesos mundiales, llámense estas guerras, pandemias, hambrunas o crisis económicas globales. Esto se ha evidenciado en cadenas de insumos médicos , alimentos y provisiones entre otros . Esta falta de resiliencia ha llevado a que actores sociales presten atención al concepto de “Reshoring”, que implica el retorno a los países de origen de los procesos productivos deslocalizados. La agitación resultante ha generado la intención y en algunos casos la puesta en marcha de procesos de “Reshoring” en compañías o sectores productivos que habían deslocalizado la producción a Asia (China, en particular) para regresarla al origen.

El mercado chino es gigantesco e intenso; por ello, la mayoría de las transnacionales mantienen una fuerte presencia en esa parte del mundo. Otro factor es que el país asiático domina el abastecimiento de miles de componentes de casi cualquier producto que podemos imaginar y reducir esta dependencia requerirá un esfuerzo financiero importante.

Para los EEUU, el índice de “Reshoring” o “Nearshoring” de 2023, según la consultora Kearney, fue positivo por primera vez desde 2021, lo que indica una oportunidad competitiva a Latinoamérica. Este es el resultado de la guerra comercial entre las economías grandes del mundo.

Nuestro análisis como académicos PUCV nos indica que los actores de la triple hélice ampliada -empresa privada, Estado , academia y organizaciones sociales- repensaran, de aquí en adelante, la totalidad de sus cadenas de suministros.

“Reshoring” per se no necesariamente crea resiliencia. Una de las principales razones de la escasez que se produce en las crisis es el énfasis en las cadenas de suministros del tipo “lean” (esbeltas). Esto implica metodologías justo a tiempo en la fabricación y la mantención de bajos niveles de inventario. Estas estrategias se basan en datos históricos y no suelen considerar interrupciones importantes. Clásicamente, estas disrupciones son considerados datos anormales o llamados “outliers”.

Analizando nuestra historia reciente en los 80, Chile inicia un proceso de reconversión que implicó la eliminación del modelo de sustitución de las importaciones y la instalación de un modelo extractivista basado en la minería y el agro. En los 90, el “offshoring” o tercerización a través de la importación de las actividades productivas se consolida totalmente y las actividades mineras en esta época alcanzaron un 20% del PIB. Este modelo fue funcional a esos periodos, pero en las últimas décadas ha mostrado sus falencias y debilidades. Esto último no solo en Chile sino a nivel global .

En estos momentos los analistas no piensan en offshoring sino en reshoring, o la recuperación de la soberanía productiva.

La mejor opción para los actores sociales y empresarios nacionales es comenzar a medir la resiliencia de las cadenas de suministro. Eesto se puede hacer a través de dos conceptos claves:

  • El tiempo de recuperación, definido como el tiempo que le tomaría a un modo particular de la cadena reestablecer su funcionalidad luego de la disrupción.
  • El tiempo de supervivencia, entendido como el tiempo máximo que la cadena puede balancear el suministro contra la demanda durante la disrupción en uno de sus nodos.

A continuación, menciono ejemplos concretos de proyectos implementados en la Región de Valparaíso:

  • En Valparaíso, el Municipio de la ciudad, en tiempos de pandemia, realizó una planificación zonal del territorio dividiendo en 15 zonas de provisión u Oficinas Municipales de Zona (OMZ), lo cual tuvo resultados importantes en tiempos de recuperación y supervivencia. Cabe mencionar que luego de la crisis, estas OMZ se consolidaron para la atención de servicios del Municipio en cada barrio.
  • En Quillota, se implementó, a través de PUCV y su área de Vinculación con el Medio, un proyecto que estableció la venta directa de productos perecederos (verduras y frutas, entre otros ) entre cooperativas pertenecientes a la agricultura familiar campesina (AFC) del sector Las Palmas y la Cámara de Turismo de Valparaíso. En este proyecto se implementaron una bodega y un transporte refrigerado que permitieron a estas cooperativas distribuir directamente al sector turístico y su demanda de productos, minimizando tiempos de entrega y generando canales directos de ventas o conexión de los centros de producción a demandas urbanas.

Por último, es necesario implementar los planes de mitigación de disrupciones en forma eficiente. Esto se puede realizar a través de gestiones en tiempo real de la disponibilidad y uso de recursos y el establecimiento de redundancias en procesos de modernización que reconcilien la cadena de suministro digital o sincronizada con la física. Esto nos llevará a nuevas formas de organizar el sistema productivo en ámbitos locales y descentralizados.

Dr. Leopoldo Santibáñez J.
Escuela de Construcción y Transporte
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

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