Isaías Rojas Peña es una persona con una extensa trayectoria docente. Licenciado en Física por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en 2007 y Máster en Astrofísica por la Universidad Autónoma de Madrid en 2011, se ha desempeñado como profesor de física, astronomía y astrofísica en varios colegios y universidades de las ciudades de Viña del Mar y Valparaíso. Actualmente, y desde hace varios años, se desempeña como profesor de jornada parcial en el Departamento de Física de la Universidad Técnica Federico Santa María. Además, es presidente del Sindicato Interempresas de Docentes de la Educación Superior.
Su candidatura surge desde el ámbito sindical además de una inquietud personal. “La política está dominada por un grupo que representa a una minoría, que viven en los mismos barrios, estudian en los mismos colegios y universidades y que desconocen la realidad de los cerros y de lo difícil que es la vida del chileno/a promedio, lo arduo que es llegar a fin de mes, lo precario de los trabajos, el deficitario sistema de educación y de salud pública y ni que decir de las pensiones”.
Como docente, la educación debe ser un tema prioritario para ti.
-Tuve la oportunidad de estudiar fuera de Chile, en Italia y España, países donde sí existe el derecho real a la educación, sin terminar en la ruina o endeudado por décadas por ello, o con sistemas de salud que funcionan. No hay que ser rico para tener acceso a salud y educación, donde cualquier trabajador o trabajadora puede ganar un sueldo digno sin tener que para ello estudiar en la universidad.
Estudiar en la universidad era una meta inalcanzable debido a la situación económica, pero con la ayuda de un familiar que vive en el extranjero, el crédito solidario -que dicho sea de paso, aún estoy pagando- y paralelamente trabajar, logré torcerle la mano al destino, siendo además el mejor egresado de la carrera de pregrado. Para el posgrado fui de la última generación que ganó la beca Presidente de la República para estudios de posgrado en el extranjero y, pese a lo que puede parecer, los recursos eran pocos, pagaban con retraso y algunos becarios vivían en condiciones bien precarias, estando incluso en países como Francia debajo de la línea de la pobreza. Fue por ello que nos organizamos en todos los países y nos articulamos a nivel global con otros becarios en Norteamérica, Australia y Europa y luego de una lucha larga pero organizada, logramos equiparar los beneficios con los de las Becas Chile y, pese que los requisitos de las becas eran muy similares, los beneficios recibidos eran sustancialmente diferentes. ¿Resultado de esa lucha?: logramos que los becarios pudieran tener una estadía digna para poder dedicarse a sus estudios. Sin duda, esa fue una experiencia que me mostró que la organización y la lucha es la clave para cambiar las cosas.
Contar con un posgrado en Chile te ha abierto oportunidades a las que no todos tienen acceso…
-Quizás algunos pueden pensar que soy de la elite por ser profesor universitario; nada más alejado de la realidad. Durante muchos años tuve que realizar trabajos paralelos al de profesor universitario ya que el nivel de precariedad es tan alto que muchas veces no se cuenta ni con contrato de trabajo. El verano después de mi primer contrato a honorarios trabajé repartiendo pizzas en el Telepizza Pedro Montt, y por varios años paralelamente que era profesor universitario, me los pasé trabajando de Uber en las noches, los fines de semana y los veranos. Así que, apenas logré un contrato de trabajo, me uní al sindicato y desde 2018 que asumí el cargo de secretario y posteriormente de presidente. He estado luchando contra la precariedad laboral y la dignificación de la labor de los profesores de la educación superior junto a colegas de otros sindicatos de DUOC e Inacap, entre otros.
Hemos logrado visibilizar estas problemáticas tanto dentro de nuestras comunidades como a través de la prensa e incluso en la comisión de Educación de la Cámara de Diputados, y pese a que las instituciones son multadas por la Inspección del Trabajo y sancionadas en tribunales, continúan sin cambios significativos en estas prácticas, esperamos que con la nueva Constitución las empresas que reiteradas veces vulneran los derechos de sus trabajadores no puedan seguir funcionando ni mucho menos recibir recursos del estado y que las personas a responsables de dichas vulneraciones también tengan sanciones.
Para muchos, ser candidato o candidata a la Convención Constitucional abre la puerta para otros cargos de representación política…
-No me interesa iniciar una carrera política ni participar en esta elección como trampolín para las siguientes elecciones parlamentarias. Muy por el contrario, quiero participar para representar un mundo que rara vez está en la primera línea de la toma de decisiones, más aún cuando la redacción de la Constitución influirá en cómo avanzará el país en las próximas décadas. Es por ello que he decidido postular a la Convención Constitucional por el Distrito 7 (Rapa Nui, Juan Fernández, San Antonio, Cartagena, El Tabo, El Quisco, Algarrobo, Casablanca, Valparaíso y Viña del Mar).
Desde la explosión social de octubre de 2019, te hemos visto participando en varias marchas, en la Asamblea Ciudadana de Valparaíso, y organizando actividades como conversatorios y cabildos con estudiantes. ¿De qué manera crees poder plasmar las propuestas que surgen de estas instancias de participación ciudadana en la redacción de la nueva Constitución?
-No se ve fácil que de esta Convención Constitucional surja la Constitución que esperamos, ya que el proceso ha sido secuestrado por los partidos, dando capacidad de veto a las minorías, poniendo camisas de fuerza, cautelando los tratados de libre comercio y usando un sistema electoral que solo beneficia a los mismos que son la causa de la situación actual: los partidos. Pese a ello, es mi intensión organizar cabildos y asambleas vinculantes de forma que el verdadero poder constituyente tenga la oportunidad a través de mi persona de incidir directamente en las decisiones y discusiones en la Convención Constitucional ya que este proceso surge gracias a la ciudadanía; fue conquistado en las calles, costó vidas y ojos. Los partidos no nos han regalado nada.
Quiero ser la voz de los que siempre han sido marginados de la política, el ciudadano promedio, el obrero, la dueña de casa, como fueron mis padres, pues soy profesional de primera generación. Pero también de los trabajadores y, por qué no, también de la educación como eje clave del desarrollo del país, y también de ciencia y tecnología.
Categorías:Regional
Una persona preparada, conocedora de la realidad con mente científica, con compromiso expricito de abrirse a la participación ciudadana real merece mi voto y mi compromiso y voluntad de participar en los cabildos.