El tren, como expresión más humana del transporte, evoca la niñez y ese pasado familiar provinciano en el cual nuestra generación viaja y escribe rescatando con cierta nostalgía la belleza de ese tiempo. Y cuando regresamos a la realidad y retomamos el pulso de las noticias que involucran los avances en la movilidad de esta región, resaltan las míticas soluciones del tren en nuestra ciudad, en sus diversas expresiones: Tren Rápido Santiago-Valparaíso, Tren Regional, Tren de Carga Portuaria, entre otros.
Claro está que la decisión del Estado, siempre centralista, nos sorprende una y otra vez con declaraciones como la emitida por el MOP y uno de los oferentes en este gran proyecto: “los estudios están suspendidos a raiz de la inestabilidad que produce la pandemia …”, cuya explicación es la falta de datos que exigen los estudios de demanda. Insostenibles excusas considerando el avance de la ciencia de datos en metodologías, proyecciones y estadísticas.
El transporte rodoviario ha cubierto en forma muy eficiente el traslado de pasajeros entre la capital y esta región, con escasa consideración de las emisiones; en una hora estamos en la perisferia de ambas ciudades y con viajes normales. También conocemos las tasas de crecimiento del parque automotriz promedio en el país (15%), que van comprometiendo los tiempos de respuesta en los viajes. Por ello pensamos que la idea de “tren rápido” hoy tiene un carácter mediatico frente a la inexistencia de este medio.
Mientras tanto, por televisión los ministros adelantan imágenes en los avances de la Linea 3 del Metro y nos deslumbran con las fechas de inaguraciones y beneficios para sus territorios. En contraposición, Merval (Metro Tren Valparaiso) sigue en espera de su ampliación al interior de esta región (Quillota, Calera, Los Andes), y la “Región-Puertos” (Valparaíso, San Antonio, Los Andes) que también añora soluciones ferroviarias que respondan a pasajeros y carga con la eficiencia del siglo XXI y la necesaria reactivación económica en esta historia de esperas y asimetrías.
Tal vez debamos esperar el cierre de este periodo eleccionario -concejales, alcaldes y Presidente- para apoyarnos en la ansiada Constitución Politica de la Republica de Chile, que entregue autonomía a las regiones y, en particular, a la Quinta Región o Región Puertos.
Leopoldo Santibáñez J.
Doctor en Ciencias Económicas
Escuela de Ingeniería de Transporte
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
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