Richard Vargas Ramírez ingresó anoche al centro asistencial de Quilpué donde falleció al día siguiente de recibir el alta en el Hospital Van Buren de Valparaíso.

A las 20:50 horas del miércoles 27 falleció, en el Hospital de Quilpué, Richard Vargas Ramírez (50 años) a consecuencia de un infarto agudo al miocardio.

Vargas había ingresado al recinto hospitalario con evidentes síntomas de un infarto; no obstante, fue sometido a un examen de sangre y quedó a la espera de otros procedimientos. Al cabo de seis horas, sufrió el infarto que no logró ser controlado por el personal de atención.

El día anterior a su ingreso al Hospital de Quilpué, Vargas Ramírez se había presentado en el Hospital Carlos Van Buren de Valparaíso con fuertes dolores en su pecho. Allí le hicieron un electrocardiograma que, según el médico que lo atendió, no arrojaba nada, razón por la cual lo devolvieron a su casa en el cerro Las Cañas. A la mañana siguiente, y pese a seguir con sus malestares, se dirigió a su trabajo en Quilpué. Su jefe, al verlo en evidentes problemas de salud, lo llevó al hospital de la ciudad, donde terminó falleciendo.

La familia, en medio del dolor por la pérdida, se pregunta cómo es posible que estando seis horas en el centro asistencial, el equipo tratante no pudo detectar y controlar la situación.

A la muerte de este trabajador le sigue otro drama ya que su mujer se encuentra tetrapléjica y su suegra, que vivía con ellos, está con cáncer. Richard Vargas deja, además, dos hijos y dos nietos.

La familia espera una respuesta del Hospital de Quilpué respecto a lo que ellos estiman una negligencia por parte del médico de turno.