[OPINION] El «factor Piñera» y el cambio del escenario político: se debilita el gobierno y se fortalece la oposición (por Gato Dequinta)

Con su obsesión por estar en todo y no delegar ni la más pequeña tarea a sus subalternos, Sebastián Piñera consiguió unir finalmente a la oposición y, de paso, debilitar cada día más a su Gobierno y a su coalición.

De lo último que ha hecho: fue a meterse personalmente a Colombia, para hacer el show de la ayuda humanitaria a Venezuela. Pero tuvo que regresar avergonzado y con la cola entre las piernas, porque no entró ni un solo camión y tampoco hubo una sublevación popular y militar contra Maduro. Un fracaso total.

Después, en vez de dejar «quemarse» a sus ministros, se ha entrometido en cada uno de los proyectos de ley que impulsa el Gobierno: la reforma tributaria, la reforma a las Isapres y, la guinda de la torta, el cambio de los medidores eléctricos, en que tiró la dura frase: «Al final, todo lo pagan los usuarios», lo que enfureció a los chilenos y chilenas.

Este afán por aparecer todos los días en los medios -entrevistas en los matinales, puntos de prensa, lanzamientos de programas, cadenas nacionales, etc., etc.- y su obsesión por mantener la aprobación de la opinión pública en las encuestas, contrariamente a lo que esperaba, le ha significado ir «cuesta abajo en la rodada» en el respaldo popular.

Según un informe elaborado por la propia Presidencia de la República, desde que asumió el cargo, Piñera ha encabezado más de 500 actos públicos (con prensa incluida), concedió 75 entrevistas a medios de comunicación, realizó seis cadenas nacionales, ha enviado alrededor de 300 mensajes por Twitter y una decena de intervenciones en Instagram y Facebook Live.

Y aún así ha venido cayendo cada vez más en las encuestas.

En marzo, su actividad mediática se volvió frenética. Tuvo 33 actos públicos, dio 6 entrevistas a la TV, (entre ellas al matinal de Canal 13 donde lanzó su malograda frase «los usuarios pagan todo») e hizo 13 anuncios presidenciales (entre ellos, que Chile postula a organizar el Mundial de Fútbol del 2030, reemplazo del Transantiago por sistema RED con nuevos buses eléctricos, extensión línea 3 del Metro, etc., etc.).

Para graficar esta situación, podríamos decir que Piñera está en un pantano: mientras más se mueve, más se hunde.

Así lo reflejan todas las encuestas realizadas en las últimas semanas. Activa Research señala que su respaldo bajó de 20,9% en enero a sólo 13,2% en marzo, mientras el rechazo creció de 35,2% a 44,2% en los mismos meses.

Criteria Research revela que el apoyo a Piñera cayó de 44% en enero a 34 % en marzo y el rechazó subió de 35,2% a 44,2% en las mismas fechas.

Incluso, la cuestionada encuestadora Cadem, pagada por el propio Piñera, refleja que el apoyo retrocedió de un 42,2 % a 38,2 % entre enero y marzo, y que el rechazo repuntó de 44,4% a 47,5%.

Una posible explicación para esta obsesión del Presidente, es que seguramente piensa que todos sus ministros son una manga de inútiles y que sólo él es capaz de hacerlo todo bien.

«ACUERDO MÍNIMO»

Pero, paradójicamente, su frenesí mediático y político ha conseguido el milagro de unir  a la oposición. Es decir, lo que le faltaba a esta oposición fragmentada, derrotada tras la presidencial, sin proyecto común, con peleas internas tanto dentro de los partidos como entre ellos mismos, lo logró Piñera de tanto maltratar a sus opositores y de tratar de usarlos en diálogos inútiles.image_6483441

Desde la DC al Frente Amplio acordaron una declaración pública de ocho puntos, llamada «La oposición avanza hacia una mejor coordinación».

Los puntos son:

1.- Construir una posición compartida en torno a la reforma al sistema de pensiones propuesta por el Gobierno, que asegure la ampliación del pilar solidario, el reforzamiento del rol del Estado y que no entregue ni un peso más a las AFP.
2.-Impedir que en materia tributaria se lleven adelante modificaciones que reduzcan los recursos indispensables del Estado para abordar necesidades sociales.
3.- No aceptar ningún retroceso a la Ley de Inclusión, que devuelva la segregación, afectando el derecho de las familias para elegir.
4.- Construir acuerdos mínimos frente a la agenda laboral, evitando la precarización de los derechos de los trabajadores.
5.- Ejercer nuestra mayoría parlamentaria para que el Congreso abra espacios institucionales de diálogo con los Pueblos Indígenas, especialmente con el Pueblo Mapuche.
6.- Responder al populismo y demagogia legislativa del Gobierno con la promoción de un debate político riguroso.
7.- Legislar a favor del combate a la delincuencia, con medidas integrales y efectivas, que nos comprometan a todos y todas en esta tarea.
8.- Apoyar aquellas iniciativas que busquen una verdadera descentralización.

Es de esperar que este «acuerdo mínimo» de la oposición sea la base de un  poderoso acuerdo mayor, que se prolongue en el tiempo y permita derrotar a la derecha en las batallas electorales que están por venir y empezar así a poner fin, de una vez por todas, al modelo neoliberal imperante que tanto daño le ha hecho y le sigue haciendo al pueblo chileno.

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