Existe una alteración de las relaciones internacionales luego de iniciado el conflicto ruso-ucraniano. Tal vez lo que ocurre, es parte de una reconfiguración mayor del orden mundial, que rompe inevitablemente con la arquitectura hasta ahora existente.
En la Unión Europea (UE) tienen claridad absoluta que, tras la invasión rusa sobre Ucrania, el mundo tal como lo conocemos hasta ahora, cambió definitivamente. Aspectos como la seguridad colectiva; la seguridad energética; el sistema financiero internacional, incluso las relaciones internacionales, han mutado y ello trae aparejados: cambios, dificultades y consecuencias.
SEGURIDAD COLECTIVA EN LA UE
Lo primero, tiene relación con una creciente amenaza de seguridad sobre la UE y sus repercusiones. La OTAN que durante años estuvo guardada en el escaparate de artefactos no usados, de pronto revivió y se ha puesto de moda. Incluso algunos países han solicitado el ingreso al organismo de seguridad.
Por otra parte, millones de refugiados han llegado desde Ucrania buscando un mejor hogar para vivir y ello pone en tensión a una UE, que debe enfrentar una recesión mundial y una dependencia de la energía rusa, en medio de una inflación desatada.
Otro de los debates actuales tiene relación con los millones de euros que deberán destinar los miembros de la UE a temas de defensa, algo que hasta hace poco no era prioridad. Solo por citar un ejemplo: Alemania dispondrá de 100.000 millones de euros, en su presupuesto de defensa y lo mismo ocurrirá con otros países de la UE.
DEPENDENCIA DEL GAS RUSO
La dependencia del gas ruso hacia la UE, es tan significativa, que no se observa con claridad, una solución viable que reponga la seguridad energética en el corto plazo. Alemania depende en un 50 % del gas ruso y aunque hoy esa supeditación ha disminuido, igual requiere del gas para garantizar el sustento energético. Algo parecido, aunque no tan dramático como Berlín, ocurre con el resto de la UE.
La verdad es que nadie tiene certeza, cómo se enfrentará la falta del gas ruso en el próximo invierno, en medio de una alta inflación, que golpea el bolsillo de los ciudadanos y que elevó el costo del gas, la energía en general y los alimentos a niveles insospechados, si lo comparamos con igual mes del año 2021. Sólo hay una certeza. Europa ha pagado 80.000 millones de euros por energía a Rusia, desde que comenzó la invasión sobre Ucrania.
¿QUÉ PASA EN EL CAMPO DE BATALLA?
En el escenario bélico, ambos bandos viven un visible estancamiento y se enfrentan a una guerra de desgastes, donde Rusia por su enorme asimetría puede lograr una ventaja considerable consolidando su poder en el territorio costero y portuario, lo que junto a las provincias separatistas prorrusas como Donetsk y Lugansk, constituye una zona extensa en el sureste y este de Ucrania.
En cuanto al desenlace bélico a corto plazo, la llegada del invierno podría resultar clave. Se dice que Moscú busca presionar con el corte del gas a los países de la UE, y con ello, forzar el abandono de Kiev por parte del bloque europeo, lo que implicaría una rendición forzada de parte de Ucrania.
El conflicto ha dejado a más de 12 millones (según ACNUR) de desplazados, tanto dentro como fuera de Ucrania, de los cuales 6,4 millones han huido hacia la UE y otros países vecinos. Respecto de las bajas militares, al menos unos 9.000 militares ucranianos han perdido la vida (Según la ONU) y otra cifra similar de tropas rusas. Sin embargo, los números reales podrían superar largamente las cifras ponderadas.
TENSIONES EEUU- CHINA: ¿SE RE CONFIGURA EL MUNDO?
Aunque nadie ignora los cambios que vive el mundo luego del conflicto ruso- ucraniano, algunos se han apresurado en hablar de una Guerra Fría 2.0, entre dos superpotencias, y su esfera de influencia, como lo es EEUU y China, sobre todo luego de las tensiones entre la Casa Blanca y Pekín, por el tema Taiwán.
No hay duda que se han tensionado las relaciones China- EEUU y se acentúa cierta rivalidad (Véase la visita de Nancy Pelosi y otras autoridades norteamericanas a la isla de Taiwán). Sin embargo, ambas potencias siguen teniendo altos niveles de integración económica, financiera y comercial, al igual que sus aliados y sus respectivas zonas de influencia económica. Existe y seguirá existiendo, un intercambio tecnológico, cultural y de conectividad entre ambas potencias.
SANCIONES ECONÓMICAS Y UN SISTEMA FINANCIERO AUTÓNOMO.
La situación de Rusia, deja en claro que las sanciones económicas impuestas por EEUU y la UE, tienen ciertas repercusiones en Moscú, pero a la vez, causan un efecto contrario, sobre el bloque europeo, que depende en gran medida del gas ruso y la seguridad alimentaria proveniente de Rusia y Ucrania. Pero eso no es todo. La situación de sanciones impuestas, podría acelerar la creación estable y prolongada de un sistema financiero autónomo que incluye a varias economías asiáticas, Rusia y China, dejando fuera a los EEUU y algunos países europeos.
CHINA: INTEGRACIÓN Y AUTOSUFICIENCIA (LA RUTA DE LA SEDA)
China por su parte, en su política de autosuficiencia e integración económica, parece sostener que es posible una relación estable y duradera con varios países y economías del Asia Pacífico, que se transformaría en un centro neurálgico para el resto del mundo, sin la participación activa y el liderazgo acostumbrado de los EEUU.
Pekín también busca integrar otras zonas económicas mundiales, para ello lanzó en el año 2013 el programa “Cinturón y ruta de la seda”, un ambicioso plan de cooperación que conectaría al 65 % de la población mundial, mediante una red de rutas marítimas y conexiones terrestres, con un alcance aproximado de 70 países del mundo. Para el Presidente Xi Jinping, esto le permite a China, acceder a una infraestructura que le permite un fácil acceso sobre materias primas, productos energéticos, inversiones y comercio internacional.
GUERRA ASIMÉTRICA Y LA EFICIENCIA MILITAR
China observa con atención lo que ocurre en Ucrania y los resultados de la guerra asimétrica llevada adelante. Esta valiosa experiencia puede resultar clave, sobre todo en el ámbito militar en una posible solución preventiva sobre Taiwán.
Hay que recordar que el avance tecnológico y las nuevas armas inteligentes (Uso de la robótica y la inteligencia artificial) podría dar cierta ventaja táctica al que las use, sin importar el tamaño de las tropas o del equipamiento. Es el caso de Rusia y Ucrania en la actualidad (apoyada por EEUU), pero mañana podría China y Taiwán.
Sea como sea, hay algo que parece ineludible. Existe una alteración de las relaciones internacionales luego de iniciado el conflicto ruso-ucraniano, en los diferentes bloques políticos, económicos y militares alrededor del mundo. Tal vez lo que ocurre, es parte de una reconfiguración mayor del orden mundial, que rompe inevitablemente con la arquitectura hasta ahora existente.
Jorge Montecino
Analista internacional
Diplomado en Relaciones Internacionales. Magister en Seguridad y Defensa
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