Hablar de poesía en los controvertidos tiempos que vive el mundo y nuestro país en particular, en el que aún se entremezclan las consecuencias dejadas por el estallido social de octubre del 2019,-nueva Constitución y los altibajos en su redacción, por ejemplo, agregando a ello la pandemia y su evolución, podría resultar a primera vista una manifestación utópica, si entendemos que la mayor parte de nuestra sociedad se encuentra soportando una dura etapa que, en cuanto organismos vivos que somos, incita a los espíritus resilientes a mantener la cabeza erguida y el pecho al frente, en una actitud que nos permita seguir viviendo; pues esa es la consigna que nuestro cuerpo -por naturaleza- nos exige.

Estamos hablando de la vida, la que nos es dada, como un regalo a cada uno de nosotros, de los que poblamos la Tierra; circunstancia que al nacer es benevolente para algunos y demasiado áridas para otros, convirtiéndose en una especie de sino de la humanidad en el que, según nos relata la Historia Universal e Historia Nacional, por algún motivo oculto, esto siempre ha existido en el pasado, persistiendo con fuerza en el presente, con un marcado destino de omnipotente desigualdad, lo que no es un buen presagio para un venidero futuro.

Ante esta frígida realidad, uno podría preguntarse: ¿Por qué esta realidad de los humanos tiene que ser así? ¿Por qué resulta tan difícil producir un cambio en este inclemente estado de cosas? ¿Qué es lo que impide un verdadero cambio para armonizar esta realidad?

Responder a estas interrogantes es un camino tortuoso y sinuoso sin final, en el que muchos por siglos se han aventurado, tratando de responderlas, pero que, por indeterminadas razones que permanecen en la oscuridad, terminan por quedar en el camino tras haber realizado un infructuoso esfuerzo que poco a poco termina por extinguirse en su hacer.

Esta es la realidad de nuestro mundo y de nuestro país, donde aún quedan algunos que, al igual que personajes de la mitología griega, piensan que una forma de enfrentar esta poco amigable realidad es matizar los duros momentos que la materialidad de la sociedad de la que somos parte nos impone con aquellas características excelsas de lo humano-rescatable, las que son capaces de pasar por sobre estos escollos, recurriendo a una especial hermenéutica -interpretación- del entorno que nos rodea y la manera en que este nos acoge o rechaza, logrando establecer una especie de transformación de todo lo agreste en suave y dúctil.

Con estas palabras previas, estoy aludiendo a los poetas en general y a Erick Pohlhammer en particular, del cual se puede decir que nació en Santiago de Chile en el año 1955, escritor y poeta chileno de la generación de los ochenta, ganador del Premio Pablo Neruda (1993), del Premio Don Balón de poesía deportiva (1993) y del Premio Municipal de Literatura de Santiago (2008). Dicta con alguna regularidad cursos y talleres de literatura en diferentes universidades del país, manteniendo en los últimos cuatro años una gran relación con la Universidad de Valparaíso (UV), mediante el sello editorial de dicha universidad, instancia que con gran visión logró, en conjunto con el autor y la colaboración de poetas y escritores cercanos a su círculo personal, dar término a un libro titulado Helicópteros, que constituye una gran antología que considera también un gran volumen de poemas inéditos, que permanecieron guardados por bastante tiempo, sin que fueran conocidos por la comunidad lectora. Afortunadamente, su relación con la UV permitió el rescate de este valioso material de índole poética, esfuerzo que se vio coronado con el lanzamiento del libro Helicópteros, evento que se realizó exitosamente el día 8 de septiembre de 2022 en dependencias de esta universidad, al cual asistió una gran cantidad de seguidores y no seguidores de Erick Pohlhammer. Por parte de la UV, en representación de su rector, Sr. Osvaldo Corrales Jorquera, el Sr. Carlos Lara Aspée, Vicerrector de Vinculación con el Medio, se refirió brevemente a lo significativo de esta publicación en cuanto aporte cultural para la comunidad lectora. Igualmente, junto al conductor del lanzamiento, Ernesto Pfeiffer, director del sello editorial UV; se hizo presente la artista y poeta Pauline Le Roy, quien hizo una destacada presentación de esta publicación, la que fue muy bien recibida y elogiada por el público asistente, todo lo cual fue amenizado por el destacado músico Tata Barahona, que en forma intercalada interpretó varias de sus canciones.

Llama la atención lo multifacético y diverso que resulta la persona de Erick, considerando que además de poeta, ha sido comentarista deportivo, boxeador, panelista de TV, todas estas actividades que pudiesen ser catalogadas de reñidas con el arte de la poética, pero que en este caso son los elementos que permiten acercarnos a la comprensión de su persona y de su poesía, que manifiesta en su hablar un pleno habitar en un ámbito de libertad, libre de las muchas ataduras que la sociedad nos impone, las que a muchos nos mantienen inmovilizados y nos hacen ver a Erick con sana envidia.

De este poeta podemos agregar que ha sido y es un buscador de la felicidad como nadie, aún entendiendo que esta no es una meta fácil pues, para alcanzarla, es necesario encontrarse cara a cara con el daimon griego, el que solamente se revela a aquellas personas que son capaces de trascender al perecible mundo material. También es característico de su escribir que en cada uno de sus poemas todo resuena como un helicóptero en su vinculación de palabras, que parecen remecerse al igual que las aspas de una hélice.

Finalmente, como una forma de dejar abierta la puerta al lector que no conoce a este importante poeta nacional, es importante mencionar algunos de sus notables dichos e improntas que lo caracterizan y definen, como por ejemplo, que poesía y música van de la mano; que el cuerpo es un palacio que llevamos a cuesta, pero que nuestra cotidiana conciencia no es capaz de apreciar. De ahí que en una de sus poesías nos habla, en relación con el cuerpo, de que “baila con tu alma en el palacio del cuerpo”, estas y mucho más son la invitación que sugerentemente me atrevo a hacer para ver forma de que lean este libro, en categoría de antología de un grande de la poesía nacional que requiere el merecido reconocimiento de su país. ¡Conocedle ahora que aún la musa lo mantiene en vida!, recordando que hace solo tres meses sufrió un infarto cerebral, el que afortunadamente está superando con éxito, permitiéndole seguir con la intransable búsqueda de la felicidad mediante la herramienta fundamental, la poesía, que está en sus manos poder seguir utilizando.

Silvio Becerra Fuica
Profesor de Filosofía y ex cartógrafo naval
Villa Alemana