[OPINION] Límite chileno-argentino en el Campo de Hielo Patagónico Sur: ¿Histórica desidia o incompetencia gubernamental? (Silvio Becerra Fuica)

Desde los primeros años de enseñanza primaria, se nos ha enseñado a los chilenos que nuestro país limita territorialmente con tres países vecinos, Perú por el norte, Bolivia al nordeste y Argentina al este, con los cuáles, desde los albores de la República, ha mantenido litigios fronterizos, llegando en algunos casos a entrar en situación de guerra por estos motivos. Es el caso de Perú y Bolivia (1879) que, formando una confederación, se enfrentaron a Chile (Guerra del Pacífico), con los resultados que todos conocemos.

También hemos tenido roces por asuntos territoriales con la vecina nación de Argentina que, a raíz del conflicto del Beagle (1977-1979), puso a estos dos países en grave riesgo de guerra, producto del laudo arbitral británico que en su momento favoreció a Chile, el que no fue reconocido por Argentina; peligrosa situación que logró ser superada gracias a la mediación papal que permitió acordar el Tratado de Paz y Amistad en 1984.

Esto es lo que nos cuenta la historia de lo acontecido en el pasado, de litigios con nuestros vecinos que aparentemente se habrían solucionado, lo que en la práctica no es efectivo pues, en la actualidad, como si existiera una suerte de magia; una y otra vez vuelven a aparecer nuevos conflictos relacionados con límites fronterizos, los que coincidentemente surgen con fuerza en estos países en momentos en que sus gobiernos de turno se encuentran remecidos por fuertes crisis sociales y económicas, en un intento por desviar la atención de sus ciudadanos respecto de los reales problemas que les aquejan.

En este contexto, tenemos a nuestro haber dos recientes litigios que fueron definidos y fallados por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), de la Haya. El primero de estos con Perú, al que la Corte favoreció salomónicamente -al decir de algunos expertos en temas de límites- con la entrega de una porción de mar que antes del fallo siempre estuvo bajo la jurisdicción de Chile, amparado en el Derecho Internacional Marítimo, representado por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Nuevo Derecho del Mar (CONVEMAR). El segundo litigio fue con Bolivia, el que fue favorable a Chile, pues la CIJ dictaminó que Chile “no está obligado a tener que negociar con Bolivia una salida al Océano Pacífico”.

Después de esta sencilla presentación y en la misma línea de análisis, es adecuado referirse al asunto mencionado en el epígrafe de esta columna, como una manera de ser consecuente con la interrogante planteada en éste, que tiene que ver con la forma en que los diferentes gobiernos de nuestro país han enfrentado el trazado del límite internacional terrestre en el área ocupada por el Campo de Hielo Sur Patagónico.

Por lo tanto, otro tema territorial, aparte de los ya mencionados con Perú y Bolivia, de fecha más reciente, tiene que ver con el litigio en Campos de Hielo Sur en los Andes Patagónicos, sobre la línea fronteriza entre Chile y Argentina. Este es un asunto de larga data que se genera a partir del Tratado de Límites entre Chile y Argentina de 1881, el que se mantiene en el tiempo, por un lapso de 141 años, sin que a la fecha (2022) se haya podido establecer un resultado definitivo que permita dar término a este diferendo. Lo más reciente al respecto es el acuerdo chileno-argentino sobre límites en el sector de Campos de Hielo Sur -denominado Hielos Continentales por Argentina- de fecha 16 de diciembre de 1998, acuerdo que como ya se mencionó anteriormente aún no se ha podido concretar, y que tiene como fin precisar el límite propuesto desde el Monte Fitz Roy hasta el Cerro Daudet.

En los diarios de la época se podía leer titulares como los siguientes: “No hay apuro por Campo de Hielo, cualquier resolución en este momento sería apresurada, afirmaron los senadores”; pero llama la atención la publicación, “Asuntos preocupantes,” del Almirante Fernando Navajas Irigoyen, quien en el diario El Mercurio del 25 de mayo de 1995 afirma, ”Todos los chilenos, sin excepción, debemos estar con los ojos muy abiertos y los oídos muy atentos sobre este asunto de los Campos de Hielo Sur, pues, si ya están apareciendo los primeros rumores y apreciaciones, es porque algo está sucediendo al respecto. Nuestros gobernantes, por falta de visión o desconocimiento, nos han llevado a la mutilación sistemática de nuestro territorio; esto es un hecho histórico y demostrable, por lo que no podemos permitir otro desacierto más en este aspecto”. Como esta, son muchas las publicaciones y opiniones a favor y en contra del actuar de los diferentes gobiernos de nuestro país que han tenido que manejar este difícil asunto, por la diversidad de aristas que lo componen

Este es un conflicto de límites sobre el cual ha corrido mucha agua y sobre el cual se ha escrito profusamente por ambas partes, haciendo valer cada país sus argumentaciones técnicas, sin que sus respectivos Congresos den por aprobado el referido acuerdo, habiendo transcurrido ya 24 años al momento actual. Solo queda esperar que, en el caso de que ambos gobiernos se decidan a cumplir, de una vez por todas, con el establecimiento físico del referido límite, este se haga en términos armónicos y de beneficio mutuo, para cada una de las partes, que es lo que el pueblo chileno espera.

No obstante lo anterior, y considerando que el acuerdo bilateral de 1998 resulta definitivamente lesivo para la integridad territorial de Chile, se debe tener en cuenta que su aprobación determinaría la pérdida de aproximadamente 2.500 km2 de territorio en los Campos de Hielo Sur, como también alimentaría en forma permanente la posibilidad de que Argentina se acerque cada vez más al Océano Pacífico que baña nuestras costas, lo que se traduce en un éxito para los objetivos geopolíticos y geoestratégicos de Argentina, y que se traduce en un potenciamiento de sus aspiraciones antárticas. Por lo mismo, no está de más reiterar lo dicho por el Almirante chileno Fernando Navajas acerca de que nuestro gobierno, diplomáticos y Congreso se deben mantener alertas y poner la debida atención sobre este pseudo litigio, el que se ha ido instalando con fuerza debido a nuestra histórica falta de rigurosidad para enfrentar este tipo de desafíos, que tienen que ver con la defensa de nuestros territorios.

En definitiva, si nuestro país se hubiese mantenido apegado al Tratado de 1881 y luchado en todas las instancias por su irrestricto cumplimiento, otra sería la realidad actual, y es lo más probable que hace muchas décadas que este problema habría estado zanjado. Por esto, en base a toda la información existente en relación a todos los acuerdos posteriores a 1881, la más cotidiana de las lógicas indica que Chile no debería seguir adelante con el último acuerdo de 1998 y proponerse llevar adelante, con convicción, la presentación de este asunto de límites en los Campos de Hielo Sur ante el arbitraje de un tribunal internacional, única forma de que este límite se lleve a cabo de acuerdo al Tratado de Límites de 1881 entre Chile y Argentina, el que al ojo de buen observador, permite pensar un mejor resultado para Chile, que sí persiste en la idea de seguir adelante con el mal habido Acuerdo de 1998 entre ambos países.

Finalmente, y como una forma de instalar al ciudadano común, en una mínima comprensión, de lo que fue determinado en el Tratado de 1881 entre Chile y Argentina, se incluye a continuación las primeras líneas de este tratado, con la idea de que puedan convertirse en una promisoria inspiración que ubique a todos en la reflexión de este asunto.

Artículo 1º. El límite entre Chile y la República Argentina es, de Norte a Sur, hasta el paralelo cincuenta y dos de latitud, la Cordillera de los Andes. La línea fronteriza correrá en esa extensión por las cumbres más elevadas de dicha Cordillera que dividan las aguas y pasará por entre las vertientes que se desprenden a un lado y otro.       

Silvio Becerra Fuica
Profesor de Filosofía y ex cartógrafo naval
Villa Alemana

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